BARROCO. Una de las creaciones de Francis Montesinos. / REUTERS
Sociedad

Montesinos lleva Dalí a Cibeles

Los veteranos animaron la pasarela Madrid Fashion Week, con los brillos de Victorio & Lucchino y la sobriedad de Schlesser

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Los modistos consagrados animaron la jornada del sábado en Cibeles Madrid Fashion Week. La pasarela subió el tono del espectáculo con el desfile del valenciano Francis Montesinos, que llevó el universo onírico y surrealista de Dalí a su desfile. Él mismo se disfrazó del pintor al finalizar una llamativa escenografía en la que colaboró el grupo de bailarines del musical Fiebre del sábado noche con una danza de hombres araña. El Divino tituló su colección, contemplada de cerca por un nutrido grupo de famosos seguidores.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, siguió los dos primeros desfiles de la jornada (Victorio & Lucchino y Ágatha Ruiz de la Prada) y se marchó. Los flashes no comenzaron a dispararse hasta la llegada de la clac de Montesinos: Carmen Alborch, Miguel Bosé, Wyoming, Ramoncín y Miguel Molina, entre otros. Una modelo vestida con plumas, con una falda con forma de plato, inició un pase donde el continente parecía superar el contenido. El modisto ha recreado el mundo daliniano con una estampación en vestidos de gasa con vuelos y movimiento en los que está representada Gala, pero también insectos. Vestidos rojos en terciopelo, otros en negro con caída de volantes formaron parte de la apuesta.

La jornada se había iniciado con luz, colorido y brillos de la mano de los sevillanos Victorio & Lucchino con su colección 'Elecleticismo', el justo equilibrio. La pareja de sevillanos está ya lejos de los pomposos volantes que les dieron nombre y fama y presentaron una trabajada colección que centrada en la noche con toques de drapeados en vestidos ceñidos, la mayoría en brillantes satenes.

Utilizan tejido de pelo deshilachado para combinarlo con telas suaves y satén. Abundancia de pedrería en algunas propuestas en negro y riqueza general con algunos pases de vestidos metalizados. Han reforzado las hombreras, sacado hacia fuera las cremalleras que cierran los trajes, utilizado también el terciopelo, así como un suave estampado en vestidos con pliegues y frunces de remate. Los colores van del amarillo mostaza, pasando por verdes oscuros, marrones y negros. En suma, buscan seguir creciendo por caminos que pisan con seguridad.

Prosiguió la jornada con la típica profusión de colores muy vivos de la marca de Agatha Ruiz de la Prada, que busca la inspiración pictórica, en concreto los cuadros de Mondrian para sus estampados y presentó otra línea de telas plastificadas y acolchadas.

Ángel Schlesser manifestó una vez más su elegancia dentro de la sobriedad. Sus vestidos se ciñen más al cuerpo que en anteriores colecciones y los hombros están más definidos. El colorido va del negro al gris, blanco piedra rojo y verde agua, con propuestas de noche que remata con drapeados y vestidos palabra de honor que se completan con mangas de marabú, mientras el zorro está presente en algunas chaquetas cortas. En contraposición con las prendas que se ciñen hay abrigos amplios, algunos rematados con lazo, al menos una o dos tallas por encima de la modelo.

Las prendas de Schlesser dan sensación de ligereza, algunas contrastando prendas masculinas con femeninas. Los pantalones, pitillos y con pinzas. Y dentro de la sencillez, propone unas blusas blancas con volantes que pueden ser eternas.

Juego de volúmenes

Miguel Palacio ha creado un nuevo juego de volúmenes en vestidos, blusas y abrigos en una amplia colección con mucho patronaje. Recogidos y pliegues adornan vestidos de noche de caída ligera. Hay cinturones de tela armada con grandes lazos que rematan distintas prendas, y contrastes como el charol mezclado con cuerpo de zorro en la misma prenda. El diseñador vasco se empleó en la mezcla de texturas, de las más ligeras a las más rígidas, y demostró que sabe acertar con la tijera.

Por su parte, Jesús del Pozo ha dejado atrás sus conocidos cortes amplios para ceñir ahora el cuerpo, al grado máximo en muchos casos. Salvo una salida de vestidos gabardina en tafetán, el resto es ropa ajustada, con vestidos y cuerpos que dejan desnuda la espalda para cruzarla con tiras de tela. En los volúmenes exagerados en el acabado de faldas y vestidos sigue insistiendo la burgalesa Amaya Arzuaga, con mucho público afín, mientras que Devota & Lomba también hace lo mismo con sus formas y cortes arquitectónicos.