Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
Opinion

Desenlace con sombras

Actualizado:

La compra por parte de la italiana Enel del 25% de Endesa en poder de Acciona, que percibirá 8.200 millones de euros en efectivo y verá reforzada su posición en el apetecible sector de las energías renovables gracias a los activos que se le transferirán, cierra el tumultuoso proceso sufrido por la eléctrica española desde la fallida OPA de 2005 dejándola en manos de una compañía extranjera de naturaleza pública. El acuerdo alcanzado por Enel y Acciona supone la resolución esperable a una alianza que llevaba el germen de la ruptura en su propia gestación, convirtiéndola en una unión de conveniencia cuya caducidad venía determinada por el cumplimiento de los intereses que alcanzasen cada uno de los principales accionistas. La operación no puede recibir otra objeción que la que pudieran plantear, en su caso, los organismos reguladores. Aunque su desenlace sí pone en cuestión todas las vicisitudes que han jalonado la trayectoria de la que era la primera eléctrica nacional y la confusa actitud mantenida al respecto por el Gobierno. La afirmación por parte de la vicepresidenta De la Vega de que el Ejecutivo se mostrará «escrupulosamente neutral» en el proceso por el que Endesa pasará a ser una compañía de titularidad italiana contrasta con la línea de defensa emprendida en su momento para impedir la entrada de la alemana Eon en nombre de unos inconcretos intereses nacionales, que hoy se muestran difícilmente conciliables con el debilitamiento de la estructura empresarial que ha sufrido la eléctrica.

La preeminencia adquirida en la misma por Enel refuerza el control por capital extranjero de una buena parte del sector eléctrico español, después de que Hidrocantábrico haya pasado a manos portuguesas y Viesgo a alemanas, en movimientos ajustados a los mecanismos del libre mercado pero sin la reciprocidad que supondría una presencia similar de las empresas españolas en los países citados. La operación en torno a Endesa incide en la reordenación de un sector esencial para la actividad económica y para la sociedad, cuyo próximo episodio podría ser la nueva pugna por el control de Iberdrola, esta vez protagonizado por ACS. Con independencia de que las reglas del mercado identifiquen la posesión de acciones como el principal factor que condiciona las relaciones de poder empresariales, sería enormemente inconveniente que Iberdrola padeciese el mismo proceso convulso que ha terminado por trocear Endesa.