Ricky Rubio, insuficiente para evitar la derrota del campeón ante un gran MMT Estudiantes

El Estudiantes protagonizó la gran sorpresa de la Copa al despedir al campeón, el Joventut de Ricky Rubio, que se marchó llorando de la pista tras un duelo vibrante, el más emocionante de los cuartos de final, que no se decidió hasta los últimos segundos. Poco tiene que ver, sin Rudy Fernández, este Joventut con el que conquistó el título el pasado año en Vitoria, pero mantiene a su espectacular base que estuvo muy cerca de llevar a su equipo a las semifinales, igual que este Estudiantes fue muy diferente al que lucha por sobrevivir en la Liga ACB.

La afición del Palacio le dio más alas que nunca en un torneo al que se presentó como invitado, pero el Estudiantes se ha ganado el derecho a seguir soñando, tras el extraordinario esfuerzo que realizó ante un Joventut que tuvo posibilidad de forzar una prórroga a falta de siete segundos.

Aunque al Unicaja le costó, como el día anterior al Tau, también se cumplió la lógica en su eliminatoria de cuartos de final contra el Kalise Gran Canaria y no necesitó a Carlos Cabezas para superar a la cenicienta de la Copa, que sigue sin ganar un partido en esta competición. El Unicaja no echó de menos a su base campeón del mundo. Pese a que no pudo superar al Gran Canaria hasta mediado el último cuarto, consiguió imponer, como se presuponía, su calidad, y al final tiró de oficio y sacrificio defensivo para plantarse en semifinales.

Otra de las claves también fue Marcus Haislip, uno de los grandes americanos que juegan en Europa, que ya ha pasado por la NBA y que no desaprovechó la ocasión para mostrar su frialdad y sus cualidades desde el exterior en una cita en la que el Unicaja, aunque ni sus propios seguidores confiaban en este conjunto, tenía prohibido perder.