ESPECIALISTA. Gladys Nieto acercó la perspectiva antropológica de China a los asistentes. / NURIA REINA
Sociedad

Los 'bárbaros' en China

Gladys Nieto lanza una mirada antropológica a la historia del gigante asiático en su conferencia en el ciclo del Colegio de Arquitectos de Cádiz

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Primero fue la Historia. Ayer le tocó el turno a la Antropología. El ciclo China del Colegio de Arquitectos de Cádiz va alternando disciplinas con el objetivo de «obtener una visión lo más completa posible del gigante asiático», según explicó su decano Ramón Pico, «antes de abordar propiamente el estudio de su arquitectura».

Gladys Nieto, profesora de la Universidad Autónoma de Madrid, brindó una conferencia cuyo objetivo principal fue «rescatar la visión de la alteridad como base del pensamiento antropológico para hacer un recorrido por las formas en que China ha venido tratando a los pueblos definidos como bárbaros». «Durante la etapa imperial la visión de estos pueblos estaba dominada por una ideología propia de las élites del imperio: el universalismo cultural», explicó Nieto, quien recalcó que esta concepción se sustentaba en una división entre un centro civilizado y una periferia habitada por bárbaros.

«China se consideraba a sí misma preeminente entre los reinos vecinos debido a la estabilidad de sus instituciones políticas, la utilización de técnicas agrícolas extensivas, el sedentarismo de sus gentes y el conocimiento de una lengua escrita», argumentó la especialista.

Este universalismo cultural concebía a China como «un foco civilizador», por lo que «los bárbaros podrían participar en esta civilización más adelante». «Esta ideología constituyó un fuerte pilar ideológico que justificaría el sometimiento, la conquista y la asimilación de los pueblos no chinos ya que -matizó Nieto-, el sentido inverso era impensable: los chinos no podrían convertirse a las maneras bárbaras». Esta concepción tradicionalista de la división entre centro-periferia ligada a la civilización y a lo bárbaro se rompe a finales de la dinastía Qing, cuando las potencias europeas y Japón irrumpen en territorio chino y fuerza al país a reconocer la superioridad de otros estados. «Algunos de los pueblos que China consideró bárbaros desaparecieron desaparecieron en el curso de la historia, se fusionaron o se asimilaron».

Etapa comunista

Cuando Mao Zedong toma el poder en 1949 «tiene un conocimiento cabal de la importancia de los pueblos Han en la consolidación de las fronteras y el establecimiento del control del Estado». Así que en 1950 se procedió a catalogar a todas las nacionalidades que habitaban en el país y se inició la concesión de autonomías territoriales para que estos grupos administrasen sus propios asuntos. «Así se llegaron a contabilizar 56 nacionalidades, 55 de ellas minoritarias, y la República Popular China se definió como un Estado multinacional basado en los pilares de la unidad, la igualdad y la ayuda mutua, por lo que se procedió a dictar una serie de políticas de acción afirmativa de carácter económico, educativo, político y religioso para estos grupo».

En la actualidad, concluyó Gladys Nieto, la legislación estatal vigente «garantiza la igualdad de estos grupos con los Han. Sin embargo, la realidad muestra la enorme desigualdad existente entre las nacionalidades minoritarias y la mayoritaria, por lo que aún es posible encontrar elementos de permanencia de esos Otros internos, bárbaros, o incivilizados de los que se hablaba».