NADANDO CON CHOCOS

El fino humor municipal

El autor de la letra de una de las comparsas semifinalistas del concurso se miró los pies, arqueó las cejas y se rindió ante una evidencia aplastante: «El Carnaval del Falla es capaz de todo. De convertir el Teatro en una fiesta de la palabra y también de aplaudir y levantarse de la butaca ante lo peor». La cita podría aplicarse a la ciudad entera. En la cara luminosa de la luna de febrero quedan escritas todas las coplas que han hecho al que escribe partirse de risa en soledad, que es, sin duda, la forma más sincera de partirse de risa. En la cara oculta de la luna quedan los bastinazos, las borderías, penas demagógicas, demagogias penosas y demás lindezas que se escuchan en un Teatro inexplicablemente puesto en pie.

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Según Wikipedia fue el escritor fascista italiano Pitigrilli -que con ese mote fue en otra vida mecánico de motos en Santa María y punta jurado en una chirigota setentera- el que dijo que no hay nada inmoral en la ironía. Lástima que se fuese a los infiernos de su Duce en 1975 sin ver la campaña del Ayuntamiento; tal vez le hubiera dado una vuelta a la frase. Sabedores de la importancia del remate de los repertorios, el mejor de todos los cuplés municipales se lo han guardado los publicistas de San Juan de Dios para el final del anuncio.

La parodia, escrita con el fino humor que caracteriza a todo lo gaditano, comienza muy seria con todas las actuaciones del Consistorio. Dicen que han hecho parques por los que corren los niños y rehabilitado casas desconchadas y sin baño, obviando que llegan decenas de años tarde. Se trata, sin duda, de una maniobra para aumentar la carcajada del respetable ciudadano. Lo mejor, hemos dicho, viene al final. «Modernizar Cádiz es nuestro compromiso», dicen con graciosa trampa, cuando realmente, todos los gaditanos, incluídos ellos, saben que, más que compromiso, se trata de su deber. Bien, pues no se ha reído nadie.