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La patronal de las cajas de ahorro augura sólo dos fusiones este año
La CECA carga contra los rescates indiscriminados de algunas entidades extranjeras y exige «igualdad de trato»
Actualizado: GuardarFrente a la expectativa de un aluvión de fusiones despertada recientemente, el presidente de la Confederación de las Cajas de Ahorro (CECA), Juan Ramón Quintás, auguró ayer sólo dos alianzas en el sector durante este año. El máximo responsable de las cajas aseguró que el negocio debe «readaptar su estructura y su geometría» para afrontar la crisis, de la que dijo «durará por lo menos tres años».
Quintás cargó de forma muy dura contra las medidas proteccionistas indiscriminadas desarrolladas por algunos países en defensa de sus bancos, y reclamó al Ejecutivo «igualdad de oportunidades». «Podemos competir con bancos de otros lugares, pero no contra sus Gobiernos», sentenció. Las cajas ganaron el año pasado 6.829 millones de euros, lo que supone un 38,7% interanual menos, en un ejercicio en el que restaron a sus beneficios de forma voluntaria provisiones y coberturas por valor de 2.025 millones con las que protegerse del incremento de la morosidad -que llegará al 6,5% este año y al 7% en 2010- y del eventual empeoramiento de la economía general.
Con la unión de la malagueña Unicaja y Caja Castilla-La Mancha de plena actualidad, Juan Ramón Quintás aseguró que «existen varios proyectos de fusión en distinto nivel de desarrollo», aunque matizó que «no fructificarán más de dos este año». El presidente de la CECA también apuntó que alguno de los movimientos interregionales que se preparan «no cuenta con el beneplácito político» de una de las autonomías afectadas. Aunque Quintás no dio más detalles, fuentes de la CECA recordaron que los movimientos más avanzados en ese sentido se han producido en Extremadura, donde se busca una única gran caja.
La siguiente operación podría saltar en Andalucía, una vez que la sevillana Caja Sol culmine su integración. En la 'nevera' quedan la unión de las tres cajas vascas, frustrada recientemente por razones políticas, y el intento de fusión virtual apadrinado en su día por la propia Confederación de las cajas de Castilla y León.
Quintás destacó que «las fusiones planteadas en términos económicos siempre han dado resultado extraordinario». A lo que contrapuso que las orquestadas por motivos políticos «o revientan antes de terminar o tienen una digestión muy lenta». Se mostró contrario a las ayudas públicas como catalizadoras de las fusiones, y reclamó cambios legislativos que faciliten las alianzas. «Que se quiten los aspectos superficiales que marca la legislación actual», apuntó con relación a la capacidad de veto de los gobiernos autonómicos.
El presidente de la patronal adelantó que el sector deberá mejorar la eficiencia, controlar los márgenes y pensar «cuántas sucursales serán necesarias en unos años». Sobre el pasado, Quintás reconoció que el sistema pecó de «un exceso de confianza y una imprudencia» que no vieron a tiempo.
Para Quintás, España cuenta con la ventaja de la no exposición a los activos tóxicos, pero adolece del lastre del ladrillo y de la menor competitividad frente a muchos de sus socios europeos. «La burbuja inmobiliaria es especialmente negativa y no somos conscientes de sus consecuencias; y la necesidad de profundas reformas estructurales hará que la salida de la crisis sea mucho más lenta». En tono pesimista, adelantó que los problemas aún no han llegado a la empresa y, por ende, a la banca, mucho más expuesta al sector industrial que las cajas.
«Nos jugamos mucho más que en el crash del 29», afirmó Quintás, mientras explicó que no se puede descartar la descapitalización de alguna entidad en España como consecuencia del repunte de la morosidad y del descenso del negocio financiero.