Regulares en Melilla
Y a están saltando las alarmas. Quizás sea un poco pronto para poner el grito en el cielo, pero hay ciertos detalles en el juego del Cádiz que empiezan a preocupar seriamente a los aficionados amarillos, que comienzan a ver fantasmas donde nos los hay, aunque sí aspectos que hay que corregir.
Actualizado:La capacidad anotadora de los de Gracia está fuera de toda duda y cuando Don Mariano Ramón está bien, todo es más fácil.
Otro de los aspectos en el que hemos reaccionado a tiempo es en el de los fichajes. Asumido, afortunadamente, que vamos a jugar la liguilla de ascenso había que reforzar el equipo y se ha hecho y convenientemente. Los refuerzos son jugadores que, a priori, pueden servir y mucho en la categoría. Ya veremos el rendimiento que ofrecen después. Ya sólo falta que entren poco a poco en las convocatorias para comprobar el rendimiento que pueden ofrecer.
Pero aquí está precisamente la madre del cordero. El míster ha demostrado una capacidad sobrada para componer un once de garantías y cuando el marcador se pone de cara, pocas veces hemos pasado problemas. Lo malo es la situación inversa. Es ahí donde hemos mostrado más carencias, que ahora apenas tienen relevancia pero que en un partido a vida o muerte sí que pueden ser letales.
Lo de la defensa merece un capítulo aparte. Está claro que no termina de asentarse. Sucedió en Cuenca, contra el San Fernando en Carranza y ahora en Melilla. Los amarillos lo pasan realmente mal con los balones aéreos y parece un mal endémico difícil de corregir. La llegada de Juanma debía aportar una solvencia que, de momento, no se refleja en el campo. Esto sí que es importante de solventar porque en Melilla en ese apartado estuvimos sólo regulares.