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Sergi Xavier M.M al inicio del juicio. / Efe
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El joven que agredió a una menor ecuatoriana en un tren de Barcelona afirma que se da asco a sí mismo

Asegura no recordar nada porque aquel día iba bebido y había tomado pastillas de éxtasis

EFE |
BARCELONAActualizado:

La Audiencia de Barcelona ha acogido el juicio contra el joven Sergi Xavier M.M., acusado de la agresión racista a una menor ecuatoriana en un tren de los Ferrocarriles de la Generalitat (FGC). En la primera y única sesión, el acusado ha asegurado que no recuerda nada porque iba bebido y drogado, aunque, tras ver el vídeo del ataque, ha dicho que "me doy asco a mí mismo. Ese día no era yo".

El joven de 21 años ha hecho estas declaraciones a preguntas de su abogado y tras renunciar a contestar a los letrados de las otras partes personadas -la Fiscalía y la Generalitat-. Cuando su defensa le ha pedido que relatara lo ocurrido aquel día, ha asegurado no recordar nada porque había bebido algunos cubalibres y cervezas y había tomado pastillas de éxtasis. Tras ver el vídeo grabado por las cámaras de los Ferrocarriles de la Generalitat en el que se recoge la agresión, el joven se ha limitado a afirmar que "me doy asco a mí mismo" y que "ese día no era yo". Además, ha dicho sentirse arrepentido por lo que hizo, ya que "nadie merece lo que le hice a esa chica". El abogado de Sergi Xavier ha basado la defensa en su difícil infancia. A preguntas del letrado, el acusado ha explicado que su madre le abandonó cuando era un bebé, y con su padre "todo eran castigos y palizas".

Para preservar la identidad de la víctima, que tenía 15 años cuando fue agredida y, por lo tanto, todavía es menor, ha declarado a puerta cerrada y protegida por una mampara. Su madre, Alexia Alejandrina M.A., ha explicado que su hija llegó a casa "llorando y muy nerviosa" y que "ya no es la misma" desde entonces porque "tiene mucho temor de lo que le pueda suceder". Además, su hija tardó un mes y medio en volver al colegio, que estaba muy callada y que ya no pasea sola por la noche. Sin embargo, "no quería ir al psicólogo porque ella no estaba loca ni había pegado a nadie".

Una cámara recogió la agresión

Los forenses han precisado que su estado se agravó cuando se emitió el vídeo, en el que se ve cómo, sobre las 23.45 horas del 7 de octubre de 2007, Sergi Xavier M.M. sube a un tren de la línea S8 de los FGC en la estación de Sant Boi en dirección a Martorell (Barcelona), diciendo por teléfono que había matado a un inmigrante de origen marroquí. Fue entonces cuando vio a la joven, se acercó a ella y mientras la insultaba, le golpeó en la cabeza y en el antebrazo izquierdo y le pellizcó con fuerza el pecho izquierdo. Otro inmigrante sudamericano que viajaba en el mismo vagón, Roberto Jesús P., dijo que no la ayudó por miedo y afirmó el joven no estaba borracho, pues no olía a alcohol y andaba bien.

Cuando se acercaban a la estación de Colònia Güell, Sergi Xavier M.M. se cogió a una de las barandillas para ayudarse a lanzar una fuerte patada hacia la cabeza de la joven, dándole en el hombro, y después le dio un puñetazo en el costado y un manotazo en la cabeza. "Todos los inmigrantes deberían estar muertos", gritó antes de bajar del tren.

Por todo ello, la fiscal pide que se condene al acusado a tres años de cárcel por un delito de lesiones y otro contra la integridad moral, así como a indemnizar a la víctima. Se han adherido a esta solicitud todas las acusaciones, incluida la particular ejercida por la familia, que inicialmente solicitaba una condena de nueve años de prisión para Sergi Xavier.

La Generalitat, además, ha solicitado al juez que condene al joven a seguir dos cursos sobre xenofobia y violencia machista, porque ello contribuiría, en su opinión, a "limpiar la imagen" racista que dio Cataluña ante el mundo entero. No ha ayudado a ese objetivo la reacción de una mujer del público, que a medio juicio ha vociferado en defensa del acusado, insultando a la juez y lanzando proclamas xenófobas, mientras un joven que ha dicho ser tío de Sergi Xavier se levantaba de su asiento y, brazo en alto, gritaba "Arriba España".

A causa de la repercusión del caso, la vista se ha celebrado en la Sala Polivalente del Palacio de Justicia en lugar de en el Juzgado Penal número 16, ya que han asistido decenas de medios de comunicación españoles y ecuatorianos, así como el cónsul de Ecuador, Freddy Arellano.