Querida Cádiz:

Resiste. Quedan apenas un par de días para que vuelvas a ser el escenario de una gran noche. Sólo dos días te separan de recibir un nuevo aluvión de visitantes que llegarán encandilados por tu fama, por el prestigio que te da esa afirmación de que aquí vale todo en Carnaval. Cualquier cosa está permitida. Porque la fiesta es la fiesta y tus calles están para eso. Para beber en ellas hasta casi sucumbir; para orinar en cualquier esquina, puerta de garaje o casapuerta de tus magníficos patios de vecinos. Para gritar, vociferar e incluso proceder al lanzamiento de objetos. No precisamente de papelillos y serpentina, sino de botellas, una modalidad muy recurrente en cualquier riña que se precie. Tus plazas se llenarán de nuevo. Tus escasos jardines servirán a la mayoría para descansar porque aquí el visitante no necesita una cama. Curioso beneficio este del Carnaval. El turista de esa noche trae los consumibles consigo y sólo quiere calle. Y aquí está tu casco histórico para eso. Este año además, con diversas obras que a buen seguro van a animar un poco más la fiesta. Canalejas, la Plaza de Mina, la Alameda, el Mentidero... todos estos espacios tuyos tan vitales se han levantado. Y no es de extrañar que más de uno disfrazado de arqueólogo o de lo que haga falta, quiera estudiar con detalle los pormenores de esos arreglos. Por mucha valla que se coloque. Y por muy estupendo dispositivo especial que se planifique. Es sábado de Carnaval. Por todo ello, resiste Cádiz. Aguanta ahora como nunca. Resiste por tus vecinos. Esos que cada vez en mayor número deciden quedarse en casa y dejar vía libre a los foráneos. O esos que emigran para regresar cuando vuelve la calma, para vivir intensamente la semana entera, desde el lunes de coros hasta el Domingo de Piñata. Porque esos son los días que nos quedan a los gaditanos. Porque seremos entonces nosotros los que tomemos tus calles para perdernos por la Viña y los alrededores de la Plaza de Abastos, acudiremos a escuchar las actuaciones de las ilegales por el Pópulo, seguiremos los concursos de los distintos tablaos y desde el balcón de la Caleta nos despediremos de los carnavales con los fuegos artificiales.