INTENSIDAD. Los concursantes se emplearon a fondo para demostrar su destreza. / CRISTÓBAL
Cultura

Duelo de suculentos platos entre fogones

Cincuenta jóvenes cocineros compitieron ayer en el III Concurso Provincial celebrado en la Escuela de Hostelería

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Los fogones de la Escuela de Hostelería de Jerez funcionaron ayer a toda máquina. Desde las 8 de la mañana, los más de cincuenta aspirantes a conquistar la tercera edición del Concurso de Jóvenes Cocineros Provincia de Cádiz, se afanaron desde su inicio para demostrar sus cualidades culinarias al prestigioso jurado formado por reconocidos jefes de cocina, críticos gastronómicos y directores de empresas hosteleras, que a lo largo de la jornada, no dudaron en reconocer el alto nivel alcanzado en el evento, que se prolongó hasta bien entrada la tarde.

A pesar de que buena parte de los concursantes llevan poco tiempo en el mundillo de la cocina, todos los presentes señalaron que hay una gran cantera para augurar un buen futuro en un sector, el de la hostelería, que recibe demasiados golpes de la crisis económica. Unai Sánchez es profesor de la Escuela de Hostelería jerezana desde hace un par de años y vivió con intensidad el trabajo realizado por dos de sus alumnos, desde la barrera, utilizando un simil taurino. «El nivel es muy alto, pese a que es gente bastante joven. La mayoría están estudiando todavía pero presentan los platos con gran cuidado y elaboración», manifestó a la vez que añadió que con esta cantera «hay mucho futuro aunque para ellos el hecho de haber llegado a colarse en la gran final es un triunfo, ya que sólo llevan cuatro meses recibiendo clases. Tenemos una lanza que va a despuntar».

Los nervios iniciales pasaron a un segundo plano cuando se concentraron en lo que mejor saben hacer. Bajo la atenta mirada de un buen número de personas que se acercaron a comprobar la elaboración de los platos, estos jóvenes cocineros trabajaron a destajo durante cuatro horas para elaborar dos platos.

Una de ellas es Laura Enciso, que hace dos años abandonó el periodismo por la cocina y cuando acabe el curso conseguirá el título. Ayer reconocía que no se arrepiente y que aprovechará su último periodo de prácticas para probar suerte por el norte de España, aunque no descarta montar algún negocio aquí.

Más experimentado se mostró Mario González, cocinero del restaurante Aqua, por haber participado en varios eventos similares. Ayer preparó bizcocho de cacao con un muslito de pichón con crema de foé y una lasaña de lubina macerada en cerveza con salmorejo, pero esta vez no hubo suerte. Asegura que dio sus primeros pasos por casualidad, hace unos cuatro años, ya que estaba parado y se apuntó a uno de los cursillos de la Escuela. Desde entonces tiene claro que hay un futuro prometedor por delante.

jaguilar@lavozdigital.es