Walter Veltroni abandona su cargo a la cabeza de la arrasada izquierda italiana

Y tenían razón al adelantar que la izquierda italiana estaba arrasada, incapaz de sentir la pulsaciones de millones de ciudadanos de centro-izquierda que han optado por dar la espalda a las urnas hartos de la incapacidad de sus líderes para hacer algo de oposición al rodillo de la derecha de Forza Italia.

Walter Veltroni, el último salvador de una tendencia política que naufraga entre la indefinición y las luchas intestinas, presentó su renuncia ayer, como años atrás lo hicieron otros que, como él, llegaron con fórmulas mágicas y que, como él también, fueron ridiculizados por ese fenómeno de política degenerativa que tan bien personifica Silvio Berlusconi. El líder del Partido Demócrata presentó su renuncia consumando el fracaso de su gran proyecto y demostrando que tampoco era él la gran esperanza blanca de la izquierda.

A Veltroni le estaban haciendo la cama en su partido, donde cada vez pintaba menos. Además, la cercanía de los comicios europeos, donde se prevé otro batacazo, aconsejaba dejar sin líder a un PD que practica una oposición patética. Veltroni se quedó en su casa, para luego, asumir un fracaso personal.