Una compra que está de moda

Una vez hubo un tiempo donde rara era la calle donde no hubiese una oficina dedicada a la venta de viviendas. Eran las inmobiliarias, esas agencias que hacían un poco más fácil la compra de un piso, y nuestra vida. Después, vino otro tiempo donde las oficinas que hacían más fácil la vida de los que deseaban comprar se convirtieron en financieras. Venían los malos tiempos y era conveniente diseñar una rehipoteca para aquel pisito que se había comprado con tanta ilusión. Con el paso del tiempo, aquellas oficinas tan amables cambiaron de color y ahora se han vestido de amarillo, nada menos.

En Jerez proliferan cada vez más. Se trata de los negocios que compran oro. Los tiempos han empeorado y muchos piensan en vender alguna joya para hacer frente a un pago.

En uno de estas tiendas, una simpática dependienta nos alerta de que «hay de todo un poco. Viene gente en apuros, claro está, pero también entran clientes que simplemente quieren vender oro porque les apetece». Después esboza una sonrisa.

En la calle, una señora se ha parado a mirar el cartel. «No me mires, hijo. Yo no voy a venir aquí. Menudo disgusto si tuviera que vender las dos cositas que tengo. Todavía la cosa no ha llegado a tanto», comenta.

En otro de los lugares donde ahora se compra oro, hay un señor que afirma que «llevamos toda la vida dedicándonos a esto. La gente cree que es por esto de la crisis, pero siempre ha habido joyeros que han comprado o que han empeñado una joya». Sin embargo, en la puerta, hay un cartel amarillo reluciente. De estreno.

Al peso

En algunos de estos negocios se empeña. «Bueno ya sabes. Se pesa el elemento que se va a vender, se les paga a ocho euros el gramo y si al cabo de un mes, si no han venido a recuperar la joya -previa pérdida del diez por ciento de lo adelantado- se da por comprada definitivamente».

Dicen que muchos derraman alguna lágrima cuando finalmente sueltan el anillo o el collar en la balanza. Muchos de los objetos que se venden representan un momento de la vida. La vida y sus circunstancias. Sin embargo, nadie dudaría en afirmar que tanto inmobiliarias como financieras, así como los nuevos negocios de compra de oro, se montan en su tiempo para hacernos la vida aún más fácil.