ESPAÑA

Zapatero hurga en las heridas del PP para meter tensión a la apagada campaña gallega

Los socialistas, temerosos ante la frialdad del electorado, avivan la llama del 'Nunca máis' e identifican a los populares con el caciquismo del siglo pasado

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José Luis Rodríguez Zapatero había prometido no hacer escarnio con los momentos bajos que vive su oponente, Mariano Rajoy. Pero la necesidad de calentar la campaña para las elecciones gallegas del 1 de marzo fue más fuerte que sus buenos propósitos.

El presidente del Gobierno, que compartió ayer mitin en La Coruña con Emilio Pérez Touriño, se sirvió de los escándalos que en el último mes han sacudido a la oposición para cuestionar su capacidad de asumir responsabilidades ejecutivas. «Un partido que sólo tiene líos internos y problemas tan graves no puede aportar nada positivo a España ni a Galicia», señaló.

El recurso del líder del PSOE a esta cuestión resulta elocuente. Los representantes gallegos en la ejecutiva federal lanzaron hace días una señal de alarma ante el escaso ambiente electoral que percibían en las calles y entre los altos dirigentes socialistas ha empezado a correr la preocupación ante la constatación de que la gestión de Touriño al frente de la Xunta no se traduce, según las encuestas, en un despegue que les permita respirar tranquilos. Casi todos lo achacan a la crisis económica y, frente a ello, Zapatero vendió como gran logro de su candidato que ha logrado que Galicia sea «de los gallegos y no de los caciques, como venía siendo».

La implantación del PP en esta comunidad autónoma sigue siendo tan fuerte que Rajoy, que entre viernes y sábado recorrió varias zonas rurales para recalar en Pontevedra, pudo disfrutar por unas horas de un reconfortante baño de popularidad impensable en otras latitudes.

En La Coruña, en concreto, los populares lograron hace cuatro años 11 de los 23 escaños que tiene la provincia y, según el último sondeo del CIS, los mantendrán en los próximos comicios a pesar de que el PSdeG sube en número de votos hasta lograr un diputado más, nueve, a costa del BNG, que bajará a cuatro. «Además, el PP tiene muchos problemas; ¿muchos? no, más», insistió. Zapatero aseguró así que, además de no «andar nada bien» de líderes, también tienen una crisis ideológica porque se han quedado sin su referente político que, a su juicio, era el ex presidente de los Estados Unidos, George W. Bush.

Voto joven

En todo momento trató de identificar al partido de la oposición con la derecha más dura -ora con los neoconservadores norteamericanos, ora con el franquismo- con el objetivo claro de conectar con un sector del electorado, el de los jóvenes, que contribuyó a echar a Manuel Fraga del poder.

El PSdeG cree que es la primera fuerza política entre los jóvenes de entre 18 y 30 años. En estos comicios se incorporan poco más de 96.000 nuevos votantes, en 2005 fueron 120.000, pero es la movilización más numerosa de quienes les votaron en ocasiones anteriores la que no desean perder los socialistas.

En perfecta consonancia con su líder, José Blanco también apeló al espíritu del Prestige en un mitin en Zurich. Suiza tiene la mayor colonia de gallegos en Europa: 29.117 votantes. Unos 300 acudieron ayer al acto del vicesecretario general del PSOE para oírle decir que «alguien está moviendo los hilillos por detrás de Rajoy para sucederle».