EL DUQUE DEL GUANO

la calidad

Ahora bien: cuando se habla de calidad de chirigotas, no sé muy bien a qué se están refiriendo

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Al margen de lo que le guste a uno y sobre gustos está todo escrito, de la calidad de cada año sólo podemos hablar quienes vemos el Concurso enterito; y en esa circunstancia estamos muy pocos en el Falla. Ni siquiera el Jurado puede decir que ha visto el Concurso en su integridad; puesto que los que no tienen que puntuar chirigotas, por ejemplo, no están en el palco cuando intervienen éstas; y así con todas. De modo que sólo los que trabajamos para los medios de difusión, estamos en condiciones de hacer valoraciones cualitativas; aunque, como decía arriba, con el corsé que a cada uno nos pone nuestro propio gusto.

Este año se está hablando de volver a la fórmula de cuatro agrupaciones a la Final porque hay indicios de que la calidad ha aumentado. Parece ser que nunca vamos a tener un modelo fijo de Final. Porque si este año aumentamos el número de concursantes y el año que viene vuelve a caer la calidad, qué hacemos. Por eso es mejor que la Final sea corta y buena que larga y tediosa.

Por otra parte, como volver a la fórmula de seis es una locura, porque seis comparsas, chirigotas o coros buenos es casi imposible que haya, es mejor dejarla como está; pues sería una tontería alargar la función cerca de tres horas más, para que haya sólo una agrupación más por modalidad: «No le toques ya más, que así es la rosa» decía, con razón, Juan Ramón Jiménez.

Ahora bien: cuando se habla de calidad en las chirigotas, no sé muy bien a qué se están refiriendo. Yo veo que hay tipos muy graciosos (Los mákina, Los superabuelos...) después compruebo que en cuestión de pasodobles la cosa está sobrada. Como yo soy de los que dicen que en la chirigota cabe todo y que una chirigota no tiene por qué estar continuamente haciendo reír, pues disfruto con pasodobles que, siendo, musicalmente, mucho más sencillos que los de comparsa, me llegan más que los que son tan elaborados, con tantos «tiranditos» y tan largos; que el mérito no está en ir alargando la música para decir todo lo que uno quiere, sino en sintetizar el texto en lo posible para decir, en veinte versos, lo que otros dicen en cuarenta. Ahora bien, una chirigota no puede quedarse en pasodobles de vellos de punta, en popurrís cuyos mejores chistes sean hablados y no cantados y una cuarteta final para levantar al público: debe hacer reír con presentación, cuplés y popurrí cantado; sobre todo con los cuplés; y si después de haber escuchado alrededor de trescientos cuplés nos hemos reído con diez o doce y de gran carcajada no ha habido ninguno ¿Dónde está la calidad? Nos estamos conformando con muy poco.

Mañana será otro día.