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ANDALUCÍA

Seis nombres de una tragedia

Desde que Marta del Castillo desapareciera el 24 de enero han ido apareciendo nuevos personajes en esta historia, cuyos testimonios han permitido esclarecer algunos hechos. La víctima, el verdugo, el encubridor y la novia engañada son algunos de los protagonistas

F. CARRASCO / M. J. PEREIRA
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Desde que se conoció la desaparición de Marta del Castillo la noche del día 24 de enero, han ido apareciendo una serie de personajes que, de manera directa o indirecta, se han sumado a una truculenta historia que, desgraciadamente, no ha terminado todavía al no encontrarse el cuerpo de Marta, que según confesó Miguel, fue arrojado al río desde un puente.

Empero, y aunque el caso está bajo secreto sumarial, no es descartable que puedan añadirse algunos protagonistas más. Por el momento, son varias las personas -jóvenes todos- que forman parte de un suceso que ha conmocionado a la opinión pública no sólo sevillana, sino de toda España. Veamos algunos rasgos de sus personalidades, para así hacernos una idea de qué papel han jugado en esta trágica historia.

MARTA DEL CASTILLO

La víctima

Tristemente la principal protagonista. Marta del Castillo Casanueva era una joven de 17 años «normal y corriente». Estudiaba cuarto de ESO en el Colegio San Juan Bosco. Hasta el momento de su desaparición llevaba, en principio, una vida acorde a los chavales de su edad: salía los fines de semana con sus amigos; le gustaba el cine y la lectura. Precisamente, cuando desapareció, estaba leyendo la novela Crepúsculo. También le gustaba mucho la Semana Santa, sintiendo una especial devoción por la Esperanza Macarena. La tarde del día 24 acudió a Triana a ver a un amigo que se está iniciando en el arte del bordado. En cuanto a internet, era usuario de Tuenti y en esa red social han podido conocerse algunos detalles más de sus amistades fuera del colegio. Sus padres siempre han mantenido que nunca se fue voluntariamente de casa y que algo tuvo que ocurrir para que saliese. La Policía sigue albergando dudas de si llegó a ir a su casa aquella noche, como dicen que estuvo, algo corroborado por una vecina, que la vio en el portal sobre las nueve y media de la noche.

En cuanto a su relación con Miguel, todo hacía indicar que ya había terminado, pero por otra parte algunos amigos creen que ella insistía en seguir con él, a pesar de que estaba ya saliendo con Rocío, con la que vivía en Camas. Ésta es una de las circunstancias que podrían haber desembocado en el triste y trágico final de Marta. Se supo en su momento que Marta le dijo a su madre aquella tarde que tenía que resolver unos asuntos con Miguel, algo que no le sentó nada bien a su progenitora. En todo caso, la confesión de Miguel se encuentra bajo secreto sumarial y por el momento no ha trascendido el móvil por el que Marta perdió la vida.

MIGUEL C. D.

El autor confeso

La personalidad de Miguel C. D., de 20 años, varía mucho según los distintos testimonios que han salido a la luz desde que desapareciera Marta. Por un lado, amigos, conocidos y su novia oficial precisan que no es una persona violenta. Sin embargo, otros, dicen que sí lo es. Se han puesto ejemplos, como el día que prestó un jersey a un amigo y Marta comentó que le quedaba mejor a éste que a Miguel. Éste montó en cólera, pidió que le devolviese la prenda y le metió fuego. Por León XIII, cuentan que es una persona que en cuanto tiene algún encontronazo o revés, suele ser vengativo. Cuentan también que en una ocasión, en un altercado con un vecino, destrozó todos los buzones de un bloque.

Miguel es huérfano de madre. Sobre su padre dio sus versiones: a su novia contó que le abandonó partiendo a Italia y en el IES Cervantes dijo que murió en un accidente de tráfico.

Había estudiado pero ahora trabajaba. Lo hizo primero en un bar de copas de la zona de Los Arcos y después en una pizzería. En estos momentos tenía un empleo en una empresa de limpieza de la que era encargado el padrastro de su novia Rocío. Es un chico frío y calculador, como lo prueba que haya aguantado 21 días sin derrumbarse y que incluso ayudase en los primeros días en la búsqueda de Marta y pegara carteles. Hasta que fue detenido estaba saliendo con Rocío, una niña de 14 años con cuya familia vivió en Camas hasta que el día 8 de febrero fue expulsado de ella y volvió a su casa de León XIII.

ROCÍO

La novia engañada

Hasta hace dos años Rocío vivía en Las Tres Mil Viviendas junto a su madre, Soledad, y sus cuatro hermanos y su abuela. Las niñas estaban siempre encerradas en casa por los peligros del barrio y la madre -divorciada desde hace siete años- quiso quitarlas de ese mal ambiente, por lo que se trasladaron a un modesto piso en el barrio de la Fuente, en Camas. Allí vivían con Juan, el marido de la madre, encargado en una empresa de limpieza, donde entró a trabajar en noviembre Miguel C. D.

Rocío, una adolescente de 14 años, estudiante de 2º de ESO, de cuerpo enjuto, rubia y de ojos claros, de madre gitana y padre payo, se enamoró perdidamente de Miguel cuando Juan lo trajo un día a almorzar a casa. Pocas semanas después estaban saliendo. La madre, presunta víctima de maltrato doméstico, temió que su hija corriera la misma suerte que ella si se iban a vivir al piso que Miguel tenía en León XIII, por lo que lo acogió como a un hijo en su casa después de escuchar de éste que era huérfano y que se encontraba muy solo.

Rocío, de carácter apocado, sabía que Miguel chateaba y hablaba por teléfono con Marta, aunque siempre pensó que no estaban saliendo, sino que conservaban una sana amistad tras la relación sentimental que habían mantenido.

Helada se quedó Rocío cuando el pasado 24 de enero escuchó a Miguel cómo hablaba por teléfono con la madre de Marta del Castillo y le decía que la había dejado en su casa a las 9.30 horas. ¿Sólo hora y media antes de que llegara a su casa de Camas como si nada hubiera pasado! Era la prueba de una infidelidad y la sombra de una sospecha.

SAMUEL B. P.

el encubridor

Miguel C. D y Samuel B. P., ambos de 20 años, se conocieron cuando estudiaban en el IES Cervantes, de Sevilla, donde en ningún momento mostraron un comportamiento conflictivo, según fuentes cercanas a este centro escolar. La noche que desapareció Marta, Samuel llamó de madrugada varias veces a Miguel cuando éste ya había vuelto a su casa de Camas. Samuel, que al parecer reside en la barriada de El Carmen, no tuvo el menor reparo en participar en la búsqueda de la sevillana a través de Tuenti e incluso en la manifestación que tuvo lugar el 31 de enero.

Cuando se le preguntaba por su amigo Miguel, Samuel lo defendía a capa y espada diciendo que estaba muy nervioso porque se le había echado la culpa y tenía a todo el mundo en su contra. Tampoco dudó en decir a que Miguel iba a ser padre, dando por supuesto que su novia oficial, Rocío, de 14 años y residente en Camas, estaba embarazada. Con esta cortina de humo, después desmentida por la propia Rocío, se vertían ciertas sospechas sobre la familia de la novia. Finalmente, Miguel confesó a la Policía que Samuel B. P. le ayudó a deshacerse del cadáver de Marta trasladándola en una silla de ruedas hasta el río, a donde presuntamente la arrojaron, razón por la que ayer continuaba detenido en los calabozos a la espera de pasar hoy a disposición judicial.

JAVIER

El otro amigo

Es el tercer detenido. Amigo de Marta y Miguel y primo de Samuel, la Policía trata de descubrir su relación exacta con los hechos.

ESTEFANÍA

La novia del cómplice

Estefanía, la novia de Samuel B. P., ha sido llamada a declarar ante la Policía para decir hasta qué hora estuvieron juntos la noche que desapareció Marta del Castillo. Su declaración duró más que la de cualquier otra de sus amigas. Rocío, la novia oficial de Miguel, asegura que el día 24 de enero -cuando desapareció Marta del Castillo- el presunto asesino recibió varias llamadas de teléfono de Estefanía y Samuel. Lo que hablaron sólo ellos lo saben.