Oligopolio
Oligopolio suena a medicamento -o a enfermedad-, pero es ese régimen en el que unos pocos controlan un sector del mercado. El oligopolio es la tendencia natural del mercado en nuestro tiempo. La Asociación de telespectadores Plaza del Castillo, de Pamplona, acaba de anunciar la publicación de un informe sobre la propiedad y contenidos de los medios audiovisuales. Lo ha hecho Álvaro Alás Brun en el marco de unos trabajos apoyados por la sección de Consumo del Gobierno navarro. El dato más relevante puede enunciarse sencillamente así: de las doscientas productoras de contenidos audiovisuales que hay en España, cinco acaparan el 54% de la producción del sector.
Actualizado:Repito: más de la mitad de la tele que se hace en España lleva la firma de sólo cinco empresas. Para que se haga usted una idea, en un sector tan tradicionalmente oligopolístico como el del cine español las cinco primeras empresas controlan «sólo» un 38,5%. O sea que la tele ha exagerado el oligopolio hasta extremos inauditos. Estamos hablando de un negocio que, pese a la crisis, mueve cifras extraordinarias.
Ya veremos cómo cierran 2009, pero, de momento, el volumen de negocio en 2007 de las productoras españolas para televisión fue de 630 millones de euros y para 2008 se calculaba un aumento hasta superar los 700 millones de euros. El cálculo para 2009 era muy superior (815 millones), pero quizá la crisis generalizada afecte a estas previsiones. En todo caso, estamos hablando de un incremento sostenido que oscila entre el 14% y el 17% al año, que es una cifra que ya quisieran para sí otros sectores económicos. ¿Otro dato? Este: más de la mitad de la producción consiste en programas de entretenimiento. Y otro todavía, este quizá más significativo: el 90% de las productoras televisivas españolas están en Madrid y Barcelona. ¿Quiénes son esos «cinco grandes», ese 2,5% de comensales que se reparte nada menos que el 54% del pastel? Plaza del Castillo anuncia que en la segunda parte del estudio abordará la identidad de los magnates, la propiedad de las empresas y sus relaciones con los grandes grupos mediáticos. O sea, la chicha del oligopolio. Prometedor.