El líder del PP olvida los escándalos en un maratón electoral por Galicia
Rajoy asegura que «nadie va a amedrentar» con denuncias a los populares
Actualizado:Mariano Rajoy llegó a un oasis. El presidente del PP, inmerso en la campaña electoral de su partido para las elecciones del 1 de marzo, se regaló ayer tal baño de multitudes en el pequeño periplo que realizó por su tierra natal que por unas horas incluso olvidó los escándalos que lo han sacudido en las últimas fechas. Sólo hizo una referencia en todo el día a la investigación sobre presuntas corrupciones que afectan a cargos del PP en Madrid y Valencia, según los suyos, una campaña de desprestigio orquestada por el PSOE. «Nadie puede con este partido, nadie va a amedrentar a este partido y nadie va a vencer a este partido», bramó entusiasta ante un auditorio de 12.000 personas en la Plaza de Toros de Pontevedra.
En este escenario, Rajoy coincidió por primera vez con el aspirante popular a la presidencia de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, en un acto electoral. Ambos llevarán en los próximos días campañas paralelas: el líder del PP en el ámbito rural, donde se encuentra el grueso de su electorado, y el candidato, por libre, en las ciudades.
El dirigente popular, que es consciente de la importancia que estos comicios tendrán para su liderazgo, jugaba en casa y se notó en su tono y en su ánimo, muy distinto del que en los últimos días ha exhibido en Madrid. Los populares, a un escaño de la mayoría absoluta que gozaron durante lustros, conservan un importante apoyo en Galicia. Tan importante que los socialistas, en el Gobierno junto a los nacionalistas del BNG, se sienten inseguros.
Paseo
Con las pilas cargadas tras un paseo por el mercado de Muxía en el que recibió besos, sonrisas, abrazos e incluso gritos de «guapo», Rajoy se presentó a los suyos como el líder de un partido sin mácula y en un acto en Vimianza (La Coruña) con el número uno en la lista por esta provincia, Carlos Negreira, se lanzó a leer la cartilla a los Gobiernos de Zapatero y de Emilio Pérez Touriño. «En política hay que hacer pedagogía y dar ejemplo», sentenció.
Se da la paradoja de que Negreira está siendo investigado por la fiscalía del Tribunal de Cuentas por presuntas irregularidades en la adjudicación de varios contratos cuando presidía Portos de Galicia, entre 2003 y 2005. A diferencia de lo que ocurrió con Luis Carrera, apartado de la lista de Orense por sus deudas con Hacienda, Feijóo salió en su defensa y alegó que él no firmó los contratos sino que los prorrogó. Rajoy fue aún más entusiasta: lo definió como un candidato «ejemplar, fuera de serie y de primera división».
El presidente popular dedicó así todo su discurso a cuestionar la capacidad gestora de los socialistas y a reprochar los gastos de Touriño: «un coche más caro que el de Obama», en alusión al vehículo oficial del presidente de la Xunta, valorado en 480.000 euros, o «sillas de 2.400» euros para la sede del Ejecutivo autónomo. «Los gallegos -dijo- estamos hartos y saturados de chapuzas y gente que no tiene una idea en la cabeza y dilapida el dinero del contribuyente, que cuesta mucho ganarlo».