Opinion

Carguetes y carguetas

Aquí, en Cádiz, entre nosotros los gaditanos, se entiende por «carguete» a ese puesto, esa colocación a la que normalmente se accede por recomendación o enchufe... Y también al individuo que, sin méritos, exámenes ni oposiciones, a dedo, es nombrado para dicho cargo. Nada nuevo. Ya lo cantaban, ingenuamente, hace bastantes carnavales el Mayeto, el Poleo y otros amigos dedócratas: «aquí no pasa ná/ esto es un cachondeo/ porque todos los cargos/ y nombramientos/ han sío a deo...».

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La novedad consiste en que el actual nepotismo no es, etimológicamente, de nietos o sobrinos, sino de los mismísimos «hijos de papá». Algunos llaman a esto la «quinta de Bibiana», relevo generacional o desembarco progresivo en cargos públicos de hijos de históricos socialistas de la provincia. La verdad pura y dura es que los aidos y aidas, saucedos y saucedas, marquezes y marquezas, pizarros y pizarras, perales y peralas, carguetes y carguetas, los «hijos de papá», son los nuevos psoeñoritos de este «cortijo andalú». Y que ya en Alcalá y Chiclana no hay paro ni crisis... ¿para alguno y alguna! Pues eso, que viva el deo paterno. Y como «probablemente» Dios existe: Laus Deo.

Luis J. Suárez Álvarez. Cádiz