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CADENA. Vista de la nueva línea de montaje del Peugeot 207 en la planta PSA Peugeot Citroen en Madrid. / EFE
Economia

El Gobierno defrauda a la automoción

El Ejecutivo presenta un plan de 4.000 millones que no incluye ayudas a la compra

J. DÍAZ DE ALDA
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El Gobierno aprobó ayer el denominado Plan Integral de la Automoción (PIA), un programa de ayudas valorado por el Ejecutivo en 4.000 millones de euros que ha defraudado, y mucho, al sector y a los sindicatos. El PIA, que en gran medida es una suma de planes y propuestas ya conocidos, ha caído en la industria como una «tomadura de pelo», según confesaron fuentes del negocio.

Con apoyos provenientes de cinco ministerios, muchos de ellos sin concretar, el paquete adolece de falta de ayudas directas a la compra (aprobadas en otros países europeos), la primera y más esencial reclamación de fabricantes, vendedores, distribuidores, importadores y empresas auxiliares. No en vano, las ventas caen a un ritmo del 40% y los concesionarios acumulan 400.000 coches 'colgados' a la espera de un comprador.

El titular de Industria, Miguel Sebastián, encargado de presentar el PIA, recordó que el sector supone el 6% del Producto Interior Bruto (PIB), da empleo a 300.000 personas y es responsable del 20% de todas las exportaciones nacionales. Sebastián explicó que el «reto» del Gobierno es «mantener activas las fábricas, hacerlas competitivas para garantizar su futuro y apoyar a la demanda». El Ejecutivo, dijo, no dará apoyo financiero a las empresas que destruyan empleo de forma permanente fuera del diálogo social».

Las medidas contemplan los 800 millones de euros ya aprobados a finales del pasado año en créditos blandos para el sector, a los que se suman los 1.200 millones en dos ejercicios del Plan VIVE, también conocido. Para el desarrollo del coche eléctrico se incluyen otros 10 millones. A partir de aquí y hasta completar los 4.000 anunciados por Sebastián, las partidas del PIA no son ayudas estrictamente dirigidas a la automoción, tal y como denunció el sector, sino programas tan heterogéneos como la mejora de las infraestructuras del transporte o de la logística. «Incluyen hasta los créditos ICO a las pymes, a todas las pymes», denunciaron fuentes de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC). En el ámbito laboral, el PIA tampoco concreta nada y lo deja todo en manos del diálogo social. La patronal de los fabricantes recordó que fue el propio presidente del Gobierno quien se comprometió con el sector en el Congreso, y que es a él a quien responsabilizará del éxito o el fracaso del plan en el objetivo de salvar la industria. Las marcas subrayaron su desconcierto ante lo que entienden como un abandono por parte del Ejecutivo, y aseguraron que «si no se toman medidas drásticas, sobre todo de incentivo de la demanda, España podría perder su atractivo frente a las casas matriz y frente a otros lugares como los países del Este o Rusia», que ofrecen menores costes laborales. La industria advierte de que si no se toman cuanto antes decisiones excepcionales el país «sufrirá un coste social importante, ya que no se podrán mantener los empleos».

«Corta y pega»

Este plan de la automoción tampoco logró el aplauso de los sindicatos. CC OO calificó el contenido como «de corta y pega» y aseguró que el Gobierno «se ha quedado cortísimo en su intento de ayudar a un sector que tiene cerca de 100.000 trabajadores entre fábricas, componentes y redes comerciales sometidos a algún expediente de regulación de empleo».

Aunque la formación entiende que «es un buen punto de partida», exige también ayudas a la compra «como las de otros países», y más ambición a la hora de afrontar el futuro del negocio. UGT, bastante más benévola con el Gobierno, calificó al Plan Integral de la Automoción como «un ejemplo de diálogo social y de colaboración interministerial», aunque tampoco dejó pasar la oportunidad para destacar su «insuficiencia».