Opinion

Gesto de distensión

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l reconocimiento oficial por parte de Pakistán de que los atentados terroristas que ensangrentaron Bombay el pasado mes de noviembre, provocando dos centenares de muertos, fueron planificados en su territorio debería poner fin en primer término a cuatro meses de alta tensión con India. Las autoridades de Delhi, que desde el primer momento dirigieron sus acusaciones contra la ubicación de bases terroristas en territorio del país vecino, aventurando incluso la participación de los servicios de inteligencia pakistaníes en la preparación de los atentados, parecen haber acogido la admisión de Islamabad como un avance a fin de apaciguar las siempre turbulentas relaciones entre ambos estados. Pero la recuperación de la estabilidad regional y la superación de los recelos mutuos requerirá la apertura de una nueva etapa de cooperación más comprometida en el combate contra el enemigo común que supone el yihadismo terrorista con infraestructura en sus respectivas áreas de influencia.