Obama se aferra al estilo Lincoln
El primer presidente negro de EE UU rinde homenaje al antecesor en la Casa Blanca que posibilitó la abolición de la esclavitud
Actualizado: GuardarLas históricas coincidencias que han cargado de simbolismo el ascenso al poder de Barack Obama se reforzaron ayer cuando al primer presidente negro de Estados Unidos le tocó rendir homenaje al que abolió la esclavitud en el 200 aniversario de su nacimiento.
Obama las ha buscado obsesivamente desde el principio, pero estar ayer sobre la rotonda del Capitolio hablando de su adorado Abraham Lincoln era imposible de planificar. Como mágico resultó también que le tocase aceptar la nominación demócrata 45 años después de que Martin Luther King pronunciase el discurso de «I have I dream».
Eso no quita que no haya forzado sus pasos tras el prohombre que presidió Estados Unidos durante la guerra civil. Obama recordó al país que «todos los hombres son creados por igual». Hace dos años desafió temperaturas de diez grados bajo cero para anunciar su candidatura en los mismos escalones de Springfield donde Lincoln pronunció su famoso discurso de 'La casa dividida', que tanto le ha inspirado. Ayer volvió a retomar el tema de la unidad para destacar el carácter reconciliador de su ídolo con una anécdota sobre el hombre «que de tantas maneras hizo posible mi historia», dijo con gratitud.
Eran las últimas semanas de la guerra civil, a bordo del buque insignia de los yankis sobre el Río Queen, cuando sus lugartenientes le preguntaron qué hacer con los hombres del general Lee que acababan de rendirse. «Con la victoria en su mano, Lincoln podía haber buscado venganza», relató Obama. «Podía haber forzado al sur a pagar un alto precio por su rebelión, pero a pesar de todo el baño de sangre y la miseria que cada lado había infligido al otro, Lincoln ordenó que ningún soldado confederado fuera castigado». Es más, el mandatario del que se han escrito más de 14.000 libros dio instrucciones de que se les devolvieran sus caballos y sus armas para que pudieran «arar y cazar».
Simbolismos
Obama eligió un tren de época con el que reproducir el viaje de Lincoln hasta Washington y jurar el cargo sobre su biblia. No era cosa de simbolismos vacíos. Obama ha fichado a tres republicanos para su Gobierno y ha incluido en él a sus rivales demócratas. «Lo que Lincoln nunca olvidó, ni en medio del fragor de la guerra, es que a pesar de todo lo que nos divide -norte y sur, blancos y negros-, todos éramos, en el fondo, una nación y un pueblo compartiendo un vínculo que como estadounidenses no se puede romper», entonó ayer. Era un buen momento para recordarlo. Estados Unidos no vive una dramática guerra civil pero tiene dos frentes abiertos a ultramar y está dividido sobre cómo salir de la peor crisis económica desde la Gran Depresión. «Ahora que debatimos los temas críticos de nuestro tiempo -y las debatimos ferozmente-, recordemos que lo hacemos sirviendo a la misma bandera, como representantes del mismo pueblo, y como accionistas de un futuro común. Ése es el tributo más adecuado que le podemos rendir», pidió Obama.
Era la parte entrañable de un tributo mágico que la víspera también había dejado un escalofrío de emoción. El matrimonio que ahora habita en la Casa Blanca acudió a la reapertura del Teatro Ford, cuidadosamente renovado sin perder un detalle de la época, para devolver la vida al espacio donde Abraham Lincoln fue asesinado de un solo disparo por un espía confederado en 1865.