La ciudad tendrá que habilitar vías alternativas para afrontar las obras del tranvía y la Ronda Oeste

El equipo de Gobierno lo tiene claro. El tren metropolitano y la Ronda Oeste entrarán en funcionamiento de forma simultánea y, para ello, las obras tendrán que coincidir en el tiempo, lo que supondrá un nuevo quebradero de cabeza a la hora de organizar el tráfico en la ciudad.

Esta situación obligará a que durante los dos o tres próximos años, diferentes zonas de Chiclana deban soportar las obras de ambas infraestructuras, que en la medida de lo posible se pretende que se ejecuten a la vez para causar las menores molestias posibles. Además, está entre las intenciones del Ayuntamiento de Chiclana que vías alternativas alivien la circulación rodada hasta que tranvía y ronda funcionen. Y la intención municipal es que estas vías alternativas puedan estar acondicionadas lo antes posible.

Ya se trabaja con la Junta, de hecho, en los proyectos de ampliación y mejora de la carretera de El Marquesado, la Cañada de Los Barrancos y la zona de El Palmar. Esa zona deberá garantizar una fluidez al tráfico suficiente para absorber parte de los 12.000 coches que a diario llegan actualmente hasta el nudo de El Pájaro y la calle Mendizábal.

En el Pleno de ayer, la polémica sobre el trazado del tranvía urbano volvió a estar sobre la mesa. El equipo de Gobierno insistió a través del alcalde, José María Román, en que «la nueva movilidad de Chiclana pasa por estas dos infraestructuras, así como por la puesta en funcionamiento de vías alternativas para los coches». El objetivo municipal es que tranvía elimine 6.000 vehículos del centro.

Por su parte, la oposición no pudo sacar adelante su propuesta de simular el impacto en el tráfico que tendrá el tranvía con cortes de calles. Ernesto Marín apeló «al sentido común», y recordó «los tremendos efectos negativos para la circulación que tendrá que el tranvía pase por el centro».

chiclana@lavozdigital.es