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ENTORNO. Viviendas de la zona de Buen Pastor. / LA VOZ
SAN FERNANDO

Los expropiados de Buen Pastor y San Onofre aún no saben cuánto recibirán por sus casas

Urbanismo aprobó la expropiación para abrir nuevos viales; los afectados desconocen cuándo deben dejar sus hogares

S. SALAZAR
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La futura llegada del tren tranvía a San Fernando ha traído como consecuencia inmediata una completa remodelación viaria y del tráfico de la ciudad. Las obras en la calle Real y aledaños han levantado la crítica de comerciantes y empresarios que aseguran estar padeciendo pérdidas económicas en sus comercios de más del 60%. Pero también los que perderán sus viviendas aseguran estar sufriendo por una situación por la que saben que «ya no podemos hacer nada, sólo esperar que nos compensen justamente». Los conocidos como los expropiados del tranvía comienzan a sentir cada vez más la amenaza de tener que abandonar las fincas en las que han vivido toda la vida.

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El último Consejo de Gestión de la Gerencia de Urbanismo aprobó el expediente inicial de expropiación de varias fincas en las calles Buen Pastor y San Onofre, para la apertura de dos viales que comunicarán con la Ronda del Estero. Los vecinos afectados por estas expropiaciones aún no tienen noticias ni de la Gerencia de Urbanismo ni de la Empresa Municipal de Suelo Isleña (ESISA) de la marcha de los trámites administrativos que les harán abandonar para siempre sus hogares. «Estamos en espera de que nos llegue una carta y no digan qué va a pasar, porque no sabemos cuando tendremos que irnos ni cuánto nos van a dar por nuestras viviendas» explicó Teresa, de la Floristería San Onofre. Esta isleña tiene su negocio al final de la avenida de la Marina, y consideran que la peatonalización de la calle Real, perpendicular a esta avenida, es una consecuencia directa de la apertura de estos viales a Ronda del Estero. Cuenta que desde que conoció que tendrían que marcharse del local su situación económica ha empeorado. «No puedo comprar más género porque no se cuando vamos a cerrar aquí, y dependiendo del dinero que reciba a lo mejor no puedo comprar otro local y tendría que estar pagando un alquiler, cuando ahora tengo un negocio propio».

María Ángeles Flores también se encuentra en una situación difícil. «Todos los que estamos en esta zona somos propietarios, yo sólo pago la contribución y ahora me dicen que voy a tener que pagar un alquiler, mi marido ha estado en el paro ocho meses y ahora sólo nos queda la ayuda, no tendré dinero para pagar».

La cuantía de las indemnizaciones es una de las mayores preocupaciones de estos vecinos, que por ahora han encontrado el apoyo de la Asociación de Vecinos Gallineras-Casas Blancas. «Estaremos para lo que necesiten y si hace falta echar mano de nuestro abogado para que reciban un trato justo se hará», explicó su vicepresidente, Manuel Rodríguez.

«Mi pena es tener que abandonar mi hogar con 95 año cumplidos», añadió Carmen Mármol.