Viva el amor
Había una vez una princesa que vivía en un lejano país ¿O quizás era el príncipe el que vivía en un lejano país? Sea cual fuere, parece ser que ambos estaban condenados a encontrarse, casarse y vivir comiendo perdices el resto de sus vidas. Algo así nos han contado a través de los cuentos infantiles una y otra vez. Se acerca el 14-F y la presión mediática nos sigue vendiendo el amor romántico como el supremo estado del bienestar de nuestro corazón. Nunca nadie nos contó que ese ideal de amor romántico trae pega, que viene cargado de renuncias y sacrificios, que no es cierto que el amor todo lo pueda y que el día a día se come la pasión.
Actualizado: GuardarNo me crean derrotista, ni amargada, ni mucho menos poco romántica; pero el hecho de que, sobre todo las mujeres, nos tengamos que pasar media vida esperando que llegue nuestro príncipe azul, para que luego tengamos que pasarnos la otra media vida metiendo sus dorados calzones en la lavadora, planchando sus estupendas camisas, criando a sus hijos o aguantando sus ronquidos que no nos dejan dormir, pues la verdad no sé dónde está la gracia. El éxito o fracaso de unas buenas relaciones amorosas no puede depender de falsas expectativas, creyendo que toda persona necesitamos de otra a nuestro lado que nos complete; las personas no somos medias naranjas, somos naranjas completas. Luego pasa lo que pasa, que cuando encuentras a alguien con quien merece la pena compartir momentos de tu vida no se adapta al guión que tenías previsto. Y es que ese maldito guión que nos han vendido no tiene nada que ver con la realidad. Todos, hombres y mujeres, estamos necesitados de cariño y comprensión, todos y todas necesitamos amor y sexo, pero tanto como necesitamos libertad, independencia, respeto Necesitamos un espacio compartido pero también necesitamos nuestra cuota de privacidad. Entregarlo todo todo y vaciarse en el otro no es más que una pérdida, una amputación de nuestra propia identidad. Veo cada día a chicas jóvenes, y ya no tanto, que aún piensan que su felicidad vendrá de la mano de un príncipe azul, mientras que tiran por la borda su verdadero proyecto de vida. En fin, con príncipe o sin él ¿VIVA EL AMOR!