ARTISTA. Mínguez en su taller de Madrid. / LA VOZ
Luis mínguez serrano | ganador del III premio nacional encuaderanción artística josé galván

«La importancia de este premio se debe ante todo a su nombre»

El galardonado encuadernador madrileño destaca la «magnitud» del Congreso del Libro celebrado en Cádiz y alaba el «esfuerzo de la organización»

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La pasión de Luis Antonio Mínguez (Santorcaz, Madrid, 1967) son los libros, pero no se dedica a la literatura. Su trabajo consiste en embellecer y proteger el exterior de las obras, hasta tal punto que la encuadernación se considera una modalidad artística. De entre sus clientes destacan varios miembros de diversas Casas Reales europeas, la organización de la Expo Zaragoza 2008 o la Universidad y el Obispado de Alcalá de Henares. Pero a pesar de su extensa y prestigiosa trayectoria, Mínguez se mostró muy nervioso momentos antes de recibir el III Premio Nacional de Encuadernación Artística José Galván, entregado la pasada semana en Cádiz. Tierra quemada, el continente de Poesías de la Guerra, ilustradas por Goya, le valió el galardón. Ahora trabaja en la búsqueda de un «estilo inédito». Por eso de que todas las artes tienen un maestro, genio o precursor.

-¿En qué consiste el trabajo de un encuadernador?

-Yo lo que habitualmente hago es trabajo clásico. Trabajo materiales nobles, oro, estampaciones... Más o menos igual que lo que hacen los Galván en su taller aunque, claro, ellos son buenísimos, los avalan 60 años de experiencia.

-Más que un oficio es una expresión artística, ¿de dónde le viene la vocación?

-Siempre lo he tenido clarísimo. Empecé con 17 años con mi padre, encuadernador del archivo general de la Administración. Ahora con 41, es un vicio estar trabajando 12 horas seguidas en mi taller. Soy muy feliz con mi trabajo.

-¿Y por qué se considera un arte?

-El libro es un soporte donde uno expresa sus sentimientos. Con unas formas y estilos determinados intento resolver mis sentimientos a través de mis manos.

-¿Cómo se materializa en el trabajo diario de un profesional de la encuadernación?

--Es importante leer el libro, ya que el autor siempre pretende algo, hay alguna palabra que redunda en el sentido de la obra o alguna parte clave para su entendimiento. El encuadernador es el encargado de expresarlo, de transmitir con su arte esa significación.

-En toda modalidad artística se habla de la vanguardia como el futuro, ¿ocurre lo mismo en la suya?

-En encuadernación la vanguardia es el movimiento caracterizado por el empleo de técnicas más avanzadas, sobre todo, provenientes de Francia. Consiste en transferir imágenes a la piel mediante determinadas sustancias, tintados de pieles especiales o ácidos.

-¿Qué consecuencias acarrea su utilización?

-La construcción de un libro es lo más importante. A veces, por conseguir volúmenes o efectos novedosos, se pierde la solidez del libro. La encuadernación cumple ante todo la función de protegerlo.

-En el Congreso se habló de los problemas y la situación actual que experimenta esta especialidad artística, ¿destaca alguno?

-No creo que haya grandes problemas. El clasicismo es lo que impera, a pesar de las nuevas técnicas. La encuadernación es un oficio con cantera. La única pega es que hay mucha academia, pero la mayoría de los profesores no son maestros. Habría que crear una especie de título de maestro encuadernador.

-Ha obtenido varios premios, pero se le notaba especialmente nervisioso en los días previos al fallo del concurso Galván.

-Sí, estaba muy nervioso dada la magnitud del premio. Es muy importante, ante todo por el nombre que lleva. Sólo se han dado tres premios, así que muchos encuadernadores aún no lo tienen. Da mucho caché porque en el mundo de la Bibliofilia este congreso, único en España, es un referente.

-Su balance del Congreso es...

-Es la primera vez que acudía y la experiencia ha sido muy gratificante. Felicito a la organización por el tremendo esfuerzo que han realizado para reunir a lo mejor de la Bibliofilia. Los alabo, es para sentirse muy orgullosos.