Juzgar a los jueces
El Poder Judicial, que todo lo puede mientras sus miembros no sean reemplazados por otros, ha advertido de que la huelga de jueces prevista para el día 18 no tiene ninguna cobertura legal, por lo que no la da por anunciada, ni se establecerán servicios mínimos. Lo primero que se pregunta la gente de la calle, incluidos algunos miembros del Consejo General del Poder Judicial, que no siempre están en casa, es cómo se puede dar por no anunciada una cosa que se ha anunciado con tanta anticipación, pero el acuerdo se ha adoptado por unanimidad, porque «no hay base normativa».
Actualizado: GuardarLos bomberos se están pisando la manguera, lo que demuestra que el compañerismo no atraviesa sus mejores momentos entre nosotros, pero lo interesante desde un punto de vista moral es si es lícito prohibir el descontento. Los jueces españoles, entre los que abundan menos personas acaudaladas que entre los concejales de urbanismo, sufren incontables dificultades para ejercer su función. Hay juzgados donde los legajos impiden verse a quienes trabajan, ya que los papeles les llegan hasta más arriba de las cejas. Parecen el decorado ideal para representar cierta obra de Kafka. ¿Por qué no tienen derecho a la huelga los que padecen esta larguísima situación? Cuando aprobaron las oposiciones nadie les exigió que dejaran de ser personas y prometieran no sentir, ni padecer.
Todos debemos ser esclavos de la ley, que dijo un tal Cicerón, pero los jueces no deben ser esclavos de otros jueces. El derecho constitucional a la huelga les está prohibido a los señores magistrados. No tienen eso que se llama «cobertura legal» y se pueden quedar tiritando de frío y de desvalimiento. El peligro es que tiren de la manta.