'Pelotazo'

El día amaneció bueno. Eso hizo que después de una semana de perros, con tornado fallido incluido, lanzara la gente a la calle con menos ropa invernal, más contentita y se notó en las gradas. La presentación fue de chapó, con algunos olés y un gol a los tres minutos, cosa que hizo que el grupo se asentara bien sobre las tablas y recuperara el tono que en otras actuaciones se había perdido y que le hacían desafinar en cada movimiento. El grupo sonó como tiene que sonar, en bloque, con especialistas que hacen un detallito en el momento oportuno. También tiene un punta jurado y un punta prensa, que cuando están bien forman un lío por sus bandas a cualquiera, y eso lo agradece el que está en medio pues tiene más posibilidades de rematar.

El público estaba disfrutando y aunque sonara algún pitito aislado desde gallinero, de esos que quieren convencer a los demás que ellos y sólo ellos tienen la razón, el resto estaba entregado. A cada acción le seguía un aplauso, en el intermedio hubo una ovación, la cosa iba a mayores y después de un sustito, porque parecía que el repertorio iba a ir para abajo, la fiesta.

Todos los días no puede haber un pelotazo, pero cuando lo vives, te emocionas. Nunca se sabe bien quién anima a quién, si el público a los actuantes o viceversa, pero cuando existe conexión pasa lo que pasa. El público canta coplas antiguas y los cantantes no se quedan roncos. Y como guinda, una vieja gloria que todos dábamos por acabado, se pega dos solos en el final del popurrí que nos dejan a todos pasmados, demostrando que el que tuvo retuvo. Cuando Cádiz está en carnaval, nunca se sabe dónde va a saltar el pelotazo, si en el Falla o en la calle, y de momento ayer fue en Carranza.