Fuerzas de la naturaleza
Actualizado: GuardarIndudablemente el protagonista estelar de la semana pasada en Cádiz fue el tornado que, afortunadamente, nunca llegó. Una vez pasado el susto, el temido fenómeno se transformó rápidamente en fuente de inspiración para la natural guasa gaditana, plasmada en los comentarios del respetable, y en musa inesperada para nuestras agrupaciones carnavalescas. La Agencia Estatal de Meteorología ha aclarado la imposibilidad de establecer predicciones exactas sobre tornados, e insistió en que las previsiones efectuadas se referían a lluvias intensas acompañadas de fuertes vientos. Pero en el pasado jueves saltaron todas las alarmas y, junto a ellas, el descontrol generalizado. Al rumor extendido sobre la llegada del indeseado visitante, entre las 14 y 17 horas, con puntualidad británica en materia de vientos, se sumó el temor hacia a sus efectos por las imágenes recientemente vistas en Málaga. Supongo que las posibilidades de que en Cádiz se produzca un fenómeno de esas características no son muy grandes, pero de producirse realmente, ¿sabríamos que medidas tomar y que actuaciones evitar?, ¿tenemos nuestras casas y nuestras infraestructuras preparadas y cuidadas para afrontar los efectos de éste u otro capricho de la naturaleza?, ¿conocemos las recomendaciones básicas para las situaciones de emergencia más frecuentes?
La incidencia y la intensidad de los fenómenos naturales potencialmente destructivos dependen en gran medida de su carácter y de la zona geográfica en las que con mayor probabilidad pueden ocurrir. En nuestro caso y al margen de las inclemencias climatológicas, más o menos acentuadas, que tantos problemas han causado en algunos barrios gaditanos durante los últimos meses, están los hipotéticos riesgos sismológicos. La falla que separa las placas tectónicas Eurásica y Africana, convierte la zona del Estrecho en uno de los puntos calientes de la actividad sísmica de Europa. En un lugar de esa falla, cerca del Cabo de San Vicente, se situó el epicentro del terremoto de Lisboa y del maremoto de Cádiz de 1755. El Proyecto Transfer de la Unión Europea incluye la elaboración de un mapa de inundaciones en el litoral gaditano junto con estudios de probabilidad de maremotos en la región, y el Real Observatorio de la Armada de San Fernando lleva a cabo, desde hace años, líneas de trabajo e investigación en el ámbito sismológico. Pero ¿sabemos los ciudadanos que medidas tomar si se anuncia la llegada de un tsunami, salvo no coger la carretera de San Fernando? Tras el desastre del Sudeste asiático las páginas de los periódicos se ocuparon extensamente de los riesgos de un fenómeno similar en nuestra Bahía, tema que ya solo se recuerda cuando se cumple el aniversario del histórico maremoto.
Naturalmente, aunque posible, tampoco es probable que las olas sumerjan Cádiz en un futuro más o menos cercano. Pero no estaría de más que los ciudadanos pudiéramos disponer de protocolos y medidas concretas de actuación para poder afrontar antes, durante y después los efectos de las fuerzas desatadas de la naturaleza. Entre ellos, por cierto, un protocolo de gestión de rumores.