MUNDO

Un rompecabezas que no casa

Alarmante falta de consenso y puntos en común entre las étnias del país

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Las doce tribus de Israel de las que habla el Génesis se quedarían cortas para retratar la diversidad étnica y cultural de los grupos que hoy votarán para decidir el próximo Gobierno del Estado judío. Rusos, religiosos, laicos, árabes o ultraortodoxos, por citar sólo algunos, forman parte destacada de este mosaico, donde la falta de consenso, de puntos en común, es alarmante.



Rusos: Los de origen soviético (Olim) constituyen la mayor comunidad inmigrante del país, suman más de un millón de personas, un 20% de la población. Desde su llegada tras la caída del Muro de Berlín, se sintieron rechazados y se organizaron internamente casi como un estado dentro del Estado: tienen sus propios supermercados, periódicos y televisión. Nunca como en estas elecciones su voto será tan determinante. Han encontrado en el ultraderechista Avigdor Lieberman, nacido en Moldavia, el líder fuerte que añoran.



Los árabes: Según los cálculos de los partidos árabes que concurren a las elecciones, ni la mitad de los árabes de Israel irá hoy a las urnas. En las generales de 2006 lo hizo el 55%. No es abstención, ni apatía, es boicot: para gran parte de esta comunidad, que supone el 15% de la población total del país hebreo, votar sería una forma de legitimar un Estado que les ocupa y discrimina.



Los laicos: Es la élite del país, en su mayoría de origen ashkenazí, y se consideran a sí mismos moderados, instruidos y progresistas. Su refugio político va del centro al centro-izquierda -Kadima y Partido Laborista-, formaciones que conectan con el espíritu de este grupo contrario a toda forma de fundamentalismo judío.



Los ultraortodoxos: Se estima que representan un 10% de la población judía, se dividen en infinidad de grupos y sectas y sus preferencias electorales se centran en el Iahadut Hatora (Judaísmo de la Torá) y el Shas, partido natural de los Hadedím sefardíes escindidos de la rama ashkenazí, y que formaron su corte propia alrededor del carismático rabino Ovadia Yosef. Defensores de que el rito y la religión judías ordenen todos los ámbitos de la vida en Israel, abominan de partidos como Kadima y a todos los de izquierda.



Religiosos sionistas: Están presentes en todo el mapa israelí, pueblan también colonias y 'kibutzim'. Devotos religiosos, integran también las formas modernas en su vida cotidiana, y su ideario gira en torno al concepto histórico de Eretz Israel, la tierra prometida inserta en los argumentos de la derecha y la extrema derecha.