Barack Obama defiende su plan contra la crisis económica en la calle
El presidente estadounidense visita Indiana para someterse a las preguntas de los ciudadanos en las zonas más afectadas
Actualizado: GuardarElkhart, Indiana. Última parada de Barack Obama en la campaña electoral y primera como presidente de EE UU. «No se me han olvidado vuestros problemas, me los he llevado conmigo a la Casa Blanca», les dijo ayer. El paro en esta población de 51.000 habitantes es del 15.3%, casi el doble de la media nacional. Y ahí donde predomina el escepticismo es donde hay que vender más el plan de estímulo económico.
«Poneros cómodos que vamos a estar aquí un buen rato», advirtió en el colegio público Concord. Había elegido un formato de campaña llamado Town Hall Meeting en el que la gente hace preguntas directamente. «No hemos filtrado a nadie», destacó el nuevo inquilino de la Casa Blanca, en claro contraste con su predecesor, que coreografiaba al milímetro sus actos para que no se colase ninguna pregunta inconveniente. Por contra, en el gimnasio del Instituto Concord había «gente a la que le caigo bien y gente a la que no», reconoció Obama, «pero eso está bien, quiero oír lo que piensan todos».
Su única regla, «chica, chico» en el turno de preguntas a mano alzada, «para que nadie se enfade conmigo», bromeó. Y así fue. Cayeron preguntas de ciudadanos airados que querían saber «por qué la gente que designa para cargos de gobierno no paga impuestos», y aunque el público intentó abuchear a quien la hizo, Obama los detuvo, argumentando que era «una pregunta muy legítima». Tuvo que explicar que ha nombrado cientos de cargos y que sólo «dos o tres» han cometido «errores honestos» en sus impuestos, que han corregido. «Mi mantra era: si sólo puedo nombrar a gente que nunca en su vida haya cometido un error no voy a tener a nadie a quien nombrar», pero acto seguido repitió su mea culpa y recordó que ha pedido perdón en todas las televisiones.
El objetivo de esta gira de tres días que recalará en algunas de las zonas más afectadas del país es contraatacar la maquinaria republicana que con tanto éxito ha logrado crear malestar entre la población por el alto precio del nuevo paquete económico. Para eso tenía programada ayer una rueda de prensa a las 8 de la noche, una hora de lo más inusual para tal encuentro periodístico pero que entrará en la franja de máxima audiencia en la televisiones. Obama quiere llegar hasta la población sin filtros. Llevarle a casa los detalles del plan.
«Seréis nuestros ojos»
La mayoría -55%- piensa que el nuevo Gobierno actúa como manirrota al pedir 825.000 millones se dólares (633.000 de euros) para reactivar la economía. A los escépticos Obama les ha ofrecido participar en la supervisión de ese gasto a través de una página web llamada www.recovery.gov, en la que podrán ver a dónde exactamente tiene que ir cada partida económica en su localidad y reportar lo que no llega. «Vosotros seréis nuestros ojos y nuestros oídos», les conminó el presidente. «Nos ayudaréis a controlar cómo se gasta ese dinero».
Le pasan un papelito, última pregunta, lee. La gente protesta. «No os enfadéis conmigo», suplica. «Tengo que volver a Washington para convencer al Congreso de que apruebe este plan». Hoy toca Fort Myers, donde el parón del boom inmobiliario ha creado barrios fantasmas.