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BALANCEO. Pérez junto a su mujer, Petra, en el puesto que montan en el Rastro. / LA VOZ
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Casi desafiando a Newton

Manuel Pérez, junto a su mujer Petra Molero, demuestra con sus simpáticos muñequitos pescadores algunas leyes de la física

MANUEL SOTELINO
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Manuel Pérez García tiene también su historia. «Tanto es así que me están escribiendo una biografía, porque mi vida es para contarla», comenta. Y es que, don Manuel, ha sido novillero -se anunciaba como El Niño del Secadero-, ha trabajado desde que tenía nueve años y, aparte de su azarosa vida, le ha dado tiempo para cantar flamenco, representar parodias o hacerse artesano.

Por tanto, de Manuel mucho se podría contar, pero hoy vayamos a cómo desafió a las leyes de la física y de cómo los catedráticos de física de algunas facultades se rifan sus muñecos. Y es que un buen día, se le ocurrió hacer unos muñequitos pescadores. De la pequeña caña, sale un alambrito que conecta con un pez de plomo que a su vez hace de contrapeso. El caso es que los pequeños muñequitos pescadores que hace Manuel Pérez no se caen aunque usted los ponga en el borde de una mesa. Y todo por alguna acción física que no logramos descifrar pero que algo tendrá que ver con el equilibrio y el peso de los cuerpos. «Un profesor de la facultad de física de Almería dice que quiere venir un día a conocerme. Ya me ha comprado algunos muñequitos y los muestra en clase», comenta nuestro protagonista".

Los pequeños muñecos pescadores de don Manuel siempre están vigilados por su señora, doña Petra Molero, que se desvive cuando habla de su marido. «Es un gran hombre, usted», comenta. Él, por su parte, confiesa que «gracias a mi mujer he podido hacer estas cosas». Parecen tal para cual. Y mientras el cariño y la admiración perdura a través de los años, los muñequitos pescadores se balancean justo al borde un pequeño travesaño.

Manuel prosigue diciendo que «los hay de muchos tipos. Está el guardia civil, y el policía también. Hay muñequitos del Betis, el Xerez, del Madrid o del Barcelona. En realidad los tengo de todos los equipos. Y también los tengo vestidos del Tío Pepe», comenta con gracia.

Manuel lleva más de diez años haciendo sus muñequitos, junto a su mujer. Dice que «gracias a ellos he podido llevar un sueldecito a mi casa. La verdad es son conocidos en muchos lugares». Don Manuel Pérez García es un personaje. Su biografía, cuando esté acabada, podría llegar a ser un éxito editorial. Ingenio, gracia y sabiduría no faltan en su persona.