Dimisiones en cadena en el PP madrileño
Arturo González Panero, alcalde de Boadilla del Monte (Madrid), fue la primera víctima política de Mariano Rajoy, pero sólo por unos minutos. El presidente del PP anunció su renuncia voluntaria, pero el edil se negó, aunque más tarde, forzado por sus concejales, anunció que dimitirá mañana.
Actualizado:No fue un malentendido, sino un repentino cambio de opinión del protagonista, que derivó en una indisciplina en toda regla.
Siguiendo instrucciones de Esperanza Aguirre, el secretario general del PP de Madrid, Francisco Granados, llamó a González Panero a las diez de la mañana de ayer para comunicarle que la presidenta quería su dimisión. «Tienes que irte», le dijo.
El alcalde aceptó presentar la renuncia, pero cambió de opinión tras saber que el juez no tenía previsto tomarle declaración de momento. Granados le telefoneó alarmado y le comunicó que la decisión era irreversible, pero el alcalde no entró en razón. Granados reunió a los concejales y, a primera hora de la noche, consiguió la cabeza del alcalde.
Otros dos cargos de la comunidad dejaron ayer sus puestos por exigencia de Aguirre: el consejero de Deportes, Alberto López Viejo, y el gerente del centro Puerta de Toledo, Guillermo Ortega.
López Viejo dimitió, según Aguirre, «para que no se confunda la trama» con sus responsabilidades políticas. Este joven consejero contrataba a las empresas de Francisco Correa para los eventos de la Comunidad.