Barack Obama, durante su primera rueda de prensa como presidente de Estados Unidos. / Reuters
primera comparecencia en la casa blanca

Obama culpa a los bancos de la crisis y pide impulsar su plan de estímulo económico para salir de ella

El presidente de Estados Unidos asume que su tarea inmediata es "parar la espiral hacia abajo" mediante transferencias de dinero a los consumidores, un aumento del crédito y de la inversión

WASHINGTON Actualizado: Guardar
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Pesimista. Así es como se ha mostrado el presidente de EEUU en relación a la crisis económica que sufre su país y el resto del mundo, de la que culpa a la banca: "Lo que nos ha metido en este lío han sido los riesgos exorbitantes asumidos por los bancos en títulos dudosos con el dinero de otros". Para Barack Obama, sólo el Gobierno puede romper el "círculo vicioso" de los despidos y la caída del consumo.

El mandatario americano no ahorró palabras dramáticas para describir la situación en la que se encuentra la mayor economía del mundo en su primera rueda de prensa desde que se mudó a la Casa Blanca. "La crisis del crédito es real y no ha terminado", ha afirmado el presidente, al tiempo que ha dicho que es imprescindible que el Congreso apruebe el paquete de estímulo fiscal, que supera los 800.000 millones de dólares y que asegura que servirá para crear o salvar entre 3 y 4 millones de puestos de trabajo.

Obama ha reconocido que tener que gastar esa cantidad no es como imaginó que empezaría su presidencia. Pero pronto pasó a la ofensiva, con el argumento de que cualquier retraso en aprobar el plan puede hacer caer a la economía en una espiral negativa como la que se tragó a Japón en los años 90.

En el Congreso "parece haber un grupo de personas que, aunque no dudo de su sinceridad, creen simplemente que no deberíamos hacer nada", dijo Obama en referencia a los republicanos. Con ataques como éste, el presidente se quitó el guante blanco con el que hasta ahora había tratado al partido de la oposición.

Su plan de estímulo fue aprobado en la Cámara Baja sin ningún voto republicano y en el Senado sólo tres miembros de ese partido lo apoyan. La mayoría de los republicanos ha puesto el grito en el cielo por los efectos del paquete sobre el déficit, pero el presidente les recordó que la deuda nacional se dobló durante el gobierno de su antecesor, George W. Bush. "Yo heredé el déficit que tengo ahora y la crisis económica que tengo ahora", les ha dicho.

El Senado previsiblemente aprobará el paquete de estímulo mañana, tras lo cual deberá armonizar su versión con la ratificada ya por la Cámara Baja.

Reactivación económica

Desde el inicio de la recesión, hace algo más de un año, Estados Unidos ha perdido 3,6 millones de empleos y el presidente ha afirmado que le preocupa mucho que los despidos se han acelerado en los últimos meses. "No hacer nada, o demasiado poco, resultará en un déficit aún mayor, más pérdida de empleos, de ingresos y de confianza. Ése es un déficit que puede convertir una crisis en una catástrofe", ha advertido Obama.

El mandatario ha negado que el origen de los problemas fuera el gasto excesivo de los estadounidenses, pero ha remarcado que éste deberá ajustarse porque el nivel anterior era "insostenible". Obama ha dicho que su tarea inmediata es "parar la espiral hacia abajo" de la economía mediante transferencias de dinero a los consumidores, un aumento del crédito y de la inversión.

Pese a sus críticas, su plan de rescate financiero mantiene las ayudas a los bancos, aunque en la rueda de prensa ha enfatizado que estará condicionada a que limiten la remuneración de sus directivos. Obama ha señalado que su Gobierno colaborará con esas entidades para librarlas de los títulos de mala calidad que lastran sus balances, de forma que "se restablezca la confianza" en los mercados financieros.

El secretario del Tesoro, Timothy Geithner, presentará hoy el plan de la administración para usar los 350.000 millones de dólares que quedan en el fondo para estabilizar el sistema bancario aprobado por el Congreso el año pasado.