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El caso ruso
Actualizado: Guardarusia no es 'nórdica'. Pero si de algo pueden escribir sus escritores es del malestar sistematizado. No hay más que leer los periódicos. Corrupción, corrupción y corrupción. Grandes fortunas enfrentadas a pensiones que no llegan ni para comprar vodka y pepinillos. Trata de blancas. Miseria. Un sistema que hizo crack para dar a luz a algo mejor, y, sorpresa, no es así. La ex policía Marina Alexeyeva ha firmado como Alexandra Marinina treinta títulos de 'novela negra irónica', un género que al parecer cultivan en Rusia fundamentalmente las mujeres (Daria Dontskova, Tatiana Ustinova, Tatiana Poliakova). Marinina, como los grandes del género, ha optado por protagonistas feos y sin un ápice de glamour para desentrañar los misterios rusos. Así es su Anastasia Kamenskaya, que trabaja para el Ministerio de Interior ruso y sabe perfectamente cómo se las gastan los jerifaltes (mucha fuerza bruta y poca maña). Los nórdicos encuentran fallos en el sistema, y los rusos describen un sistema que es un fallo: policías corruptos, mafias que son el poder, carencia de referentes ideológicos válidos y ausencia de valores.