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CAMPOS ARRASADOS. Esta semana se recogen los frutos que se han salvado entre invernaderos devastados por la lluvia y el viento. / ANTONIO ROMERO
Ciudadanos

Los últimos temporales destrozan casi la mitad de la cosecha de fresa en la Sierra

Los frutos están podridos y los invernaderos, arrasados por el granizo caído UPA-Cádiz calcula pérdidas de 100.000 euros sólo en daños de infraestructuras

A. ROMERO
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Los agricultores del sector fresero de Puerto Serrano han recibido un varapalo importante por los sucesivos temporales de viento y lluvias que ha padecido la provincia en el último mes. A finales de la semana pasada, el viento volvió a tumbar buena parte de los hierros que mantienen sus pequeñas parcelas, la mayoría de ellas arrendadas, en las que cultivan el hasta ahora llamado por muchos como el oro rojo. El frío y las tormentas lo han privado, en cambio, de todo su valor.

La historia de la fresa en Puerto Serrano está llena de problemas, que han propiciado que los agricultores disminuyan cada año las hectáreas de cultivo o directamente abandonen el negocio. El primer desengaño lo produjo la caída de la cooperativa La Polichera, sobre la que se depositaron grandes esperanzas para crear un sector fuerte, que fuese motor de empleo para la comarca. Pero además, cada temporada los agricultores sufren los estragos del viento, que hace peligrar la permanencia del sector. Sólo el temporal de las últimas semanas ha generado pérdidas de casi 100.000 euros, según la valoración de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA Cádiz). La mayoría de este dinero se debe, además, a la destrucción de infraestructuras, como hierros, plásticos ajados. A lo que se suma la inversión en mano de obra, empleada en vano.

Pérdidas en el empleo

Aparte de los daños físicos, hay que tener en cuenta la merma de la producción que se notará esta campaña. Francisco Mariscal, uno de los 10 propietarios que aún cultivan en Puerto Serrano, asegura que «entre lo que he perdido ahora y la merma de las fresas que están por crecer, se perderá un 40% de la producción total a final de año». Y es que los peritos calculan que el 80% de las primeras cosechas de fresas ya están perdidas. Antes de las lluvias, la temporada se preveía ya nefasta para el empleo en la campaña fresera, aunque los últimos problemas podrían agravar aún más la situación. El año pasado se generaron unos 97.400 jornales en torno a este fruto, pero en 2009 la empresa más importante de la zona, Fresierra, ha decidido abandonar el cultivo de sus 51 hectáreas, que generaban 80.000 empleos.

A eso hay que sumar que los pequeños agricultores han sembrado un 25% menos de tierra que el año pasado: 15 hectáreas en lugar de 20. En total se preveían unos 12.000 empleos para 2009, pero después del temporal, la cifra se verá sensiblemente reducida.

Francisco Mariscal asegura que «de momento, me estoy apañando con mi trabajo y el de mi mujer para recoger la hectárea y media que tengo. Aunque añade que «con las lluvias he tenido que gastar 2.000 euros en trabajadores para arreglar los invernaderos». En este sentido, el Ayuntamiento ha puesto a disposición de los agricultores a los trabajadores municipales para recomponer estos invernaderos.

El precio baja un 30%

La semana antes de producirse las peores consecuencias de las lluvias, los agricultores ya iniciaron la primera recolecta de la fresa, que colocaron en el mercado local con un precio de 3 euros el kilo. Esas ventas, sin embargo, «no han servido para recuperar nada de lo invertido, porque representa el 1% del total», apunta José Manuel Carrero, un pequeño agricultor. Estos días se vuelven a recoger las fresas afectadas por la lluvia y el granizo, aunque, según Carrero, «la mayoría habrá que tirarlas y las pocas que se salven nos la pagarán, como mucho, a un euro el kilo».

Aparte, los agricultores deben comprar productos químicos que evite que la planta se eche a perder y permita recuperarla. En este sentido, Mariscal teme que «los proveedores no den estos productos, porque no hemos podido pagar todo lo que nos han suministrado». Cada hectárea que se cultiva de fresa requiere una inversión de unos 18.000 euros en la preparación y el proceso de cultivo, sin incluir el coste en infraestructuras.

El alcalde de Puerto Serrano, Pedro Ruiz (IU), ha mantenido reuniones ya con otras administraciones para solicitar ayudas para los freseros que alivien su situación particular y creen el mayor número de jornales. Los primeros contactos no han sido positivos porque, según el Ayuntamiento, «no existen líneas específicas de ayuda». Con todo, sigue en su empeño de que «se busque la ayuda de mantener un sector vital,del que dependen muchas personas». Los agricultores también confían en recibir algún apoyo, porque «no tenemos manera de seguir adelante y nos tocará abandonar, pero al menos no queremos hacerlo arruinados y endeudados con los proveedores», asevera Mariscal.

sierra@lavozdigital.es