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'Bibi' se creyó Obama
El candidato del Likud ha sufrido una fallida campaña basada en Internet y conducida por ex asesores de Bill Clinton
Actualizado: GuardarApenas habían concluido las elecciones de EE UU, cuando Benjamín Netanyahu plagió con descaro la página web empleada por el flamante Barack Obama para conquistar el sueño americano. Al mismo tiempo, contrató a dos de los más reputados asesores del Partido Demócrata norteamericano.
Bill Knapp y Josh Isay, antaño al servicio de las victorias de Bill Clinton, se integraron en los cuarteles del Likud, donde 'Bibi' se sentó a esperar, confiado en que Internet y su carisma serían suficientes para entronizarle a la Casa Blanca israelí. Por un descuido se le adelantaron los ultraortodoxos del Shas, que en un arranque de modernidad hilarante, sucumbieron al 'efecto Obama'. De hecho, se agenciaron el eslogan 'Yes, we can' ('Sí, podemos'), que traducido al hebreo -'Ken Anachnu Yecholim'- protagoniza su cartelería, entre fotos de rabinos y religiosos que han prometido el cielo a quien les vote y la condena eterna a los que venden cerdo. Netanyahu se conformó con un sucedáneo: 'Together, we can succeed'. 'Juntos triunfaremos'.
En un país donde el reparto de octavillas en los semáforos constituye uno de los principales recursos de campaña y los multitudinarios mítines a la española se quedan en reuniones con simpatizantes, la tentación de creer que una cómoda propaganda en la Red iba a ser suficiente para ganar la calle ha jugado una mala pasada a casi todos.
Al izquierdista Meretz, que se trajo a David Fenton y Tom Mazzei de la órbita de Obama y fracasa en las encuestas. Pero sobre todo a Netanyahu, al que su jefe de campaña, Reuven Rivlin, tuvo que advertir de que la desorbitada inversión en la web copiada a la que catapultó al candidato demócrata, -que ha costado siete millones de shekels (1,4 millones de euros), la mitad del presupuesto del Likud para estos comicios-, ni siquiera ha valido para movilizar al ejército de voluntarios que el martes se afanarán por llevar a los votantes a las urnas en nombre de cada partido. Y ya no queda dinero para ficharlos pagando, porque la página tampoco ha funcionado para las recaudaciones.
Está claro que Netanyahu no es Obama, pero se ha dado cuenta demasiado tarde. Cuando las encuestas han empezado a revelar que le pisa los talones Tzipi Livni, la líder de Kadima. Ella ha llegado a mofarse del embeleso con que su adversario se ha entregado a los magos electorales demócratas recordando que Dennis Ross, el que fuera enviado de Clinton en Oriente Medio, le tachó de «insoportable» en su libro 'The missing peace'. Y que 'Bibi' destruyó los lazos con Washington en su Gobierno de 1996 a 1999.