HÉROE. El piloto Chesley Sullenberger 'Sully' saluda sonriente al público que presenció la Superbowl el pasado domingo. / AP
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«Fue el peor pellizco en el estómago que he sentido»

El piloto Chesley Sullenberger relata por primera vez lo que sintió minutos antes de amerizar en el Hudson

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¿Qué sintió el piloto del vuelo de US Airways que aterrizó en el río Hudson hace tres semanas? «Fue el peor pellizco en el estómago que he sentido en mi vida, como si te hubieras puesto enfermo y te fueras a caer al suelo», ha confesado a la periodista Katie Couric, del programa de CBS 60 Minutes, que se emitirá mañana.

Tiene un club de fans en Facebook, ha recibido felicitaciones personales del presidente de EE UU y el alcalde de Nueva York le ha prometido las llaves de la ciudad. Pero hasta su aparición en la Superbowl la mayoría de los estadounidenses ni siquiera sabían qué cara ponerle al capitán Chesley Sullenberger, 'Sully' para sus amigos. Sólo sabían que la próxima vez que se monten en un avión les gustaría tenerle en la cabina al frente de los mandos. Y más ahora, después de haber oído las grabaciones con la torre de control, que la Agencia Federal de Aviación hizo públicas el jueves. Sully dispuso de apenas dos minutos para tomar la arriesgada decisión que salvó la vida a las 155 personas a bordo del vuelo 1549 de US Airways con destino a Charlotte (Carolina del Norte).

«Aquí Cactus 1539. Hemos chocado con pájaros. Hemos perdido fuerza en ambos motores.Volvemos a La Guardia». El controlador aéreo se pone inmediatamente a la tarea de despejar la pista menos transitada, que el piloto considera demasiado lejos. Pese a la calma que transmite su voz, a esas alturas cada segundo cuenta.

«No podemos, podríamos acabar en el Hudson», vaticina aún sin saberlo. «Muy bien, ¿cuál necesitas?», le ofrece el controlador. «No estoy seguro de que podamos llegar a ninguna pista. ¿Qué nos queda a la derecha? Hay algo en New Jersey? ¿El Teterboro?» El controlador contactó inmediatamente con el pequeño aeropuerto para jet privados, pero cuando le da instrucciones para aterrizar en una de sus pistas es demasiado tarde. «No podemos», indica el piloto. «¿Qué pista te gustaría?», le pregunta el controlador. «Vamos al Hudson», sentencia en su última comunicación.

Silencio y desolación

La línea se queda en silencio, el controlador también ha perdido el habla. Sólo se le oye un profundo suspiro de desolación. Treinta segundos después un helicóptero en la zona indica cómo el aparato desciende hasta las gélidas aguas del río. Todavía nadie se imagina que 'Sully' ha hecho un amerizaje perfecto.

No es un piloto cualquiera. Tiene el pelo blanco, unos ojos azules bondadosos y más de 40 años de experiencia. Muchos de los cuales los ha pasado en las Fuerzas Aéreas como piloto de caza, donde se graduó como uno de los mejores de su clase.