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EXPECTACIÓN. Ali Lariyani, presidente del Parlamento iraní, sonríe al viceprimer ministro ruso, Sérguei Ivanov. / AP
MUNDO

Múnich espera al nuevo EE UU

La Conferencia de Seguridad confía en que el cambio de tono de Washington lime las asperezas que se pusieron de manifiesto ayer en la apertura

ENRIQUE MÜLLER
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A la espera de que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama ponga hoy sobre el tapete, por boca del número dos, Joe Biden, los nuevos planes de su política exterior, la Conferencia de Seguridad que tiene como escenario la ciudad alemana de Múnich se abrió ayer con un debate sobre las armas nucleares y el desarme. La discusión, que puso de manifiesto que las expectativas ante el nuevo Gobierno de Washington son grandes, demostró al mismo tiempo que por ahora el tono entre los enfrentamientos no ha cambiado.

La representación norteamericana tendrá también la difícil tarea de convencer a sus aliados europeos de que envíen más tropas a Afganistán, algo que despierta escaso entusiasmo en el Viejo Continente. Pero ¿cómo negarse a la petición si EE UU ya anunció que enviará 30.000 soldados al conflictivo país asiático?

El ministro de Asuntos Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, tomó en primer lugar la palabra con un llamamiento a todas las potencias militares del planeta para crear una nueva alianza cuya principal meta debe ser el desarme al recordar el mensaje del recién estrenado inquilino de la Casa Blanca. «La ventana de la historia esta abierta: un nuevo presidente en Estados Unidos ofrece un pensamiento renovado en el marco total de la política de seguridad y desarme», dijo el jefe de la diplomacia germana al recordar el anuncio que realizó Obama en su toma de posesión.

Steinmeier resaltó durante su intervención que también un nuevo mensaje debía emerger de Múnich. «Debe ser una señal de cooperación y no de marginación», apuntó durante un pasaje de su discurso, en el que apeló a Irán a reanudar conversaciones directas con Washington sobre su polémico programa nuclear y, al mismo tiempo, a aprovechar la buena disposición que parecer tener el mandatario afroamericano a ese respecto, tan alejado de la política del 'eje del mal' de su antecesor.

Cuando Steinmeier bajó del estrado, tomó el relevo el presidente del Parlamento iraní, Ali Lariyani, quien volvió a criticar con dureza la política de «doble rasero» que aplica Estados Unidos en el debate nuclear. «No se puede aceptar que se entreguen doscientas cabezas nucleares o aviones de combate a Israel y, al mismo tiempo, decirle a millones de musulmanes que no utilicen la energía atómica con fines pacíficos», espetó Lariyani.

En la línea habitual que marca el presidente persa, Mahmud Ahmadineyad, el representante del régimen islámico en la cumbre muniquésa insistió en que su país no tiene la intención de poner en marcha un programa nuclear militar. «Defendernos con armas atómicas no es nuestra doctrina y tampoco nunca hemos tenido la intención de atacar otros países, añadió.

Peligro para el mundo

El viceprimer ministro ruso, Sérgeui Ivanov, tampoco lanzó ofertas durante su intervención que apuntaran a un inmediato deshielo de relaciones con EE UU. Aunque, eso sí, lo hizo sin la dureza con la que se expresó Vladímir Putin hace dos años, cuando el entones presidente amenazó con responder al escudo antimisiles de EE UU en Europa del Este con un nuevo rearme. No obstante, Ivanov advirtió desde el mismo podio de que la iniciativa de Washington supone un peligro para el mundo.

La conferencia, que durará hasta mañana, estará centrada hoy en el futuro de las relaciones transatlánticas entre la UE y la OTAN con Rusia, la cooperación de la Unión Europea con la Alianza Atlántica, la seguridad energética y el conflicto en Oriente Próximo. El fondo político de esta comparecencia conjunta es demostrar que ambos organismos pueden superar sus diferencias y llegar a una cooperación «real», como reclamaron en un mensaje previo la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, que estarán presentes en Múnich.

La última jornada estará dedicada a Afganistán. El presidente, Hamed Karzai, expondrá la situación en su país, a pocos meses de las elecciones en un entorno que parece cada vez más inestable.