El fuego arrasa el sureste de Australia y se cobra la vida de al menos 25 personas
El número total de fallecidos podría aumentar en las próximas horas
SIDNEY Actualizado: GuardarAl menos 25 personas han muerto en los incendios que arden sin control en los sureños estados de Victoria y Nueva Gales, cuando la mitad de Australia vive una ola de calor sin precedentes. Las llamas han quemado más de un centenar de viviendas y han destruido decenas de miles de hectáreas.
"Hemos confirmado catorce muertes. Habrá más, desafortunadamente, y el número puede subir considerablemente", ha indicado el primer ministro del gobierno de Victoria, John Brumby. En la misma línea se ha mostrado el subdirector de la Policía de Victoria, Kieran Walshe, que cree que el número de víctimas mortales podría llegar hasta los 40 ya que habrá que esperar a que pase la noche para determinar el número total de fallecidos y la identidad de las víctimas.
Nueve frentes de llamas avanzan sin control en Victoria, mientras que los bomberos en el vecino estado de Nueva Gales del Sur pelean con 40 focos ardientes que amenazan poblaciones en la Costa Central. La Policía australiana cree que alguno de los incendios ha sido provocado.
La tragedia en Victoria comenzó con un fuego en East Kilmore, a unos 80 kilómetros al norte de Melbourne, que creció hasta abarcar una extensión de 1.400 hectáreas y entonces se abalanzó sobre las pequeñas localidades de Wandong, Strathewen, Kinglake y Clonbinane.
Las altas temperaturas avivan los incendios
Australia ha vivido este verano austral una ola de calor sin precedentes hasta que el viento ha soplado haciendo que las temperaturas empiecen a remitir. La mejoría ha aliviado la situación en Australia del Sur, que llevaba dos semanas bajo un calor abrasador que causó 75 muertos y 700 hospitalizaciones, pero ha avivado los incendios en Victoria.
Los meteorólogos pronostican que los termómetros se mantendrán por encima de los 40 grados hasta el domingo en Nueva Gales del Sur y Camberra. Esta situación contrasta con la que se vive en el estado de Queensland, donde las autoridades declararon zona catastrófica dos tercios del territorio por las inundaciones y riadas causadas por lluvias torrenciales. Al menos 3.000 casas han resultado dañadas por las inundaciones, centenares de personas han sido evacuadas y miles de ciudadanos están atrapados en sus casas desde hace seis días.