ARRANCADOS. La fuerza de la descarga arrancó las puertas y destrozó el sistema eléctrico. / A. V.
Ciudadanos

«Entró por el armario con un estruendo que parecía una bomba»

Durante la alarma del miércoles, un rayo descargó sobre una vivienda de El Puerto y provocó daños materiales en todo el vecindario

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El jueves, a las diez de la noche, un estruendo sonó en cada rincón de El Puerto. No era el primer trueno de la jornada, después de tanta lluvia y viento. Pero este sonó más fuerte y cercano de lo común. Y así era: un rayo había descargado en ese instante sobre la antena de una casa de la calle Mochuelo, en la urbanización de El Águila, provocando graves daños no sólo en esa vivienda sino también en las casas vecinas, a varios metros a la redonda.

Blanca Bachiller, la dueña de la casa afectada, se encontraba dentro de ella con sus tres hijos en el momento en que el cielo descerrajó sus miles de amperios contra el tejado de la vivienda. «Pensé que era un terremoto o que algo había estallado en casa», explicaba ayer, aún con el susto metido en el cuerpo. El rayo descargó en la antena de televisión situada en el tejado, donde ayer se veía un gran cerco negro. La electricidad se introdujo a través del tendido y produjo un reventón en el interior de un armario empotrado, situado en la misma habitación donde se encontraba la familia. «Fue un zumbido seco, la luz se apagó y todo se llenó de humo, pensé que la casa se me venía encima»», recuerda Blanca.

«Mis hijos se quedaron paralizados», pero la madre los llevó institivamente a la planta baja de la casa, que no había sufrido daños. «Fue entonces cuando me dí cuenta de que había caído un rayo», recordaba Blanca, que junto a sus hijos resultaron ilesos.

Las puertas del armario quedaron casi arrancadas y toda la ropa se quemó. Además, una grieta se hab abierto por la pared. Sin embargo, «ha sido una suerte que a los niños y mi mujer no les haya pasado nada», explicaba ayer Alejandro Grosso, el marido de Blanca, a quien ésta llamó de inmediato tras el accidente. Antes había intentado avisar a los bomberos y la policía «pero fue imposible», asegura Blanca, que sí pudo contactar con un técnico de Endesa que acudió a la vivienda. Junto a varios vecinos, apagaron las brasas de la ropa.

Además de los daños de la propia casa, los efectos del rayo se notaron en las casas cercanas, a las que llegó parte de la descarga a través de la tierra. Aparte de irse la luz de casi todo el barrio, algunos electrodomésticos como lavadoras, ordenadores o televisores reventaron literalmente por dentro, al no contar con una toma de tierra adecuada. La línea de teléfono de la zona también quedó inutilizada».

«Pasamos la noche sin dormir en la casa, donde una parte no tiene electricidad», asegura la pareja, que reconoce que «de alguna manera, podemos decir que tuvimos suerte».

mgarcia@lavozdigital.es