La crisis provoca que se disparen los timos en las reparaciones a domicilio
Las organizaciones de consumidores detectan un aumento del 20% en las ofertas de arreglos Proliferan las empresas ilegales y los trabajadores no cualificados para obtener dinero rápido
Actualizado:El ingenio se agudiza y los pillos pescan a río revuelto. En plena crisis económica, y como ya sucediera en el Barroco con el surgimiento de la picaresca, a falta de trabajo, todo vale. Incluso la resurrección de los timos y de los que se aprovechan de la bondad ajena para sacarse un dinero extra (o un dinero a secas). Durante los últimos meses han aumentado las quejas de los ciudadanos que admiten haber sido engañados por supuestos técnicos del butano, falsos profesionales de la albañilería, de la fontanería, de la electrónica. También de otros que han pagado las tasas de cursos para realizar un trabajo que nunca ha llegado. Las opciones son infinitas para conseguir dinero a costa de otro.
Los datos policiales también reflejan un número considerable de denuncias de ciudadanos que han recibido en su domicilio la visita de técnicos habilitados pero que trabajan por su cuenta. Fuentes policiales explicaron que «la falta de empleo está haciendo que proliferen este tipo de denuncias, y en algunas ocasiones se hacen pasar por técnicos de una empresa concreta para hacer las revisiones del gas o el butano, pero después en la empresa no consta legalmente que se haya hecho esa revisión, y es cuando el cliente se entera. Tampoco las facturas que dan están homologadas».
Los timos son otra cosa. Cuando un ciudadano se siente estafado la denuncia difícilmente llega a las comisarías porque es una admisión de su propia candidez. Sean profesionales que ocultan su trabajo ante Hacienda o a sus propios jefes, sean timadores que cobran por un servicio que nunca van a dar, con la crisis ha aumentado el número de personas que ofrece sus servicios para realizar un trabajo sin tener la suficiente capacitación, al igual que se ha incrementado la cantidad de ciudadanos dispuestos a aceptarlo para ahorrarse unos euros, ya que los precios son más ventajosos que los de un servicio técnico oficial.
El problema surge después, cuando se ha ejecutado el trabajo: en la mayoría de los casos el servicio no se presta correctamente y, al no disponer de facturas, no es posible hacer una reclamación formal.
Fraude ante Hacienda
Las asociaciones de consumidores alertan del incremento de este tipo de engaños y recomiendan no responder a anuncios y carteles que puedan encontrarse en la calle o en los buzones. «Los trabajos no realizados por empresas o profesionales han proliferado en un 20% en los últimos meses», explicó Miguel Ángel Ruiz, presidente de la Unión de Consumidores de España (UCE) en Cádiz.
Además también denunció el intrusismo que provoca este tipo de trabajos ilegales e irregulares, «donde se está defraudando a Hacienda y a la vez no se puede pedir una hoja de reclamaciones».
Sin embargo, son muchos los ciudadanos que por ahorrar algunos euros deciden responder a estos anuncios y el resultado es que «las asociaciones de consumidores no podemos hacer nada por las pérdidas ocasionadas en este caso a los ciudadanos, pero cuando detectamos un suceso de este tipo estamos obligados como organización a denunciarlo a Hacienda porque es ilegal». Para no encontrarse una sorpresa a la hora de pagar, una de las recomendaciones es pedir un presupuesto detallado. Sin embargo, las empresas pirata también intentan hacer el agosto cobrando de más y aumentando los precios en estos supuestos.
Falsas reparaciones
Las estadísticas de las asociaciones de consumidores también reflejan otra consecuencia de la crisis. «Antes de comprar, ahora prefieren reparar». Todas las medidas son pocas para ahorrar, pero elegir a la persona adecuada puede evitar situaciones como la sufrida por Francisco Outón. «Cada día recibo en mi casa dos o tres panfletos de personas que se ofrecen para realizar trabajos de albañilería, reparaciones de fontanería o arreglar el jardín, y el otro día llamé a uno para que me instalara el aparato para ver la televisión digital terrestre (TDT), dijo que tenía que mover la antena para recibir la señal, la estropeó e intentó cobrarme más de 80 euros por arreglarlo». La situación le llevó a un enfrentamiento y finalmente volvió a dejar la antena como estaba.
Francisca Luque tuvo peor suerte. Hizo otra llamada para recibir la asistencia de un técnico informático en su domicilio y arreglarle el ordenador. «El hombre llegó con su portátil y empezó a tocar los dos ordenadores, estuvo así casi una hora y finalmente se levantó y dijo que no tenía arreglo pero que tenía que pagarle por sus servicios porque llevaba casi una hora trabajando». Francisca explica que tuvo que pagar 20 euros y «me sentí muy engañada, pero estaba sola en casa y la verdad es que tenía hasta miedo».
El secretario general de la asociación de consumidores Facua en Cádiz, Jesús Yesa, apunta que «tenemos conocimiento de que existe una gran disconformidad por parte de muchos ciudadanos de trabajos que les han realizado personas que no están dados de alta y cobran en dinero negro, pero estas denuncias es imposible que lleguen a buen puerto porque no hay nunca facturas». Yesa subraya que la asociación tiene una postura clara ante este tipo de problemas: «No hay que contratar a personal que no disponga de su autorización para gestionar un trabajo o no pueda presentar una acreditación de empresa o autónomo».
Fuera de norma
Las empresas piratas también son un factor de riesgo y es un clásico de las reparaciones caseras eso de preguntar si se quiere factura «y así el precio puede ser mucho más económico», explica Joaquín Macías. Ahora, esta práctica es aún más utilizada. Macías es técnico electrónico de una reconocida empresa y asegura que «las maniobras son ilimitadas para obtener dinero cuando está la cosa mal, y las empresas que hacemos las cosas correctamente luchamos contra un mercado encubierto que ofrece productos más económicos pero de muchas menos calidad, y sin garantía». Tan sólo hay que escribir en un buscador de internet «gas natural» para encontrar una gran cantidad de números de teléfonos a los que responden estos técnicos habilitados pero que realizan su trabajo de forma independiente e irregular.