El Ejecutivo y el PP rechazan una reedición de los Pactos de La Moncloa

No habrá unos nuevos Pactos de La Moncloa. Ni el Gobierno tiene intención de impulsarlos ni el PP los creen necesarios. Coinciden en que la situación económica es extremadamente difícil y el Ejecutivo añade que es momento de que todos arrimen el hombro. Pero las recetas de ambos para hacer frente a la crisis tienen tan poco en común y sus estrategias políticas están tan centradas en exacerbar más las diferencias que apenas hay espacio para ese entendimiento que el miércoles reclamó CiU. El vicesecretario general del PSOE, José Blanco, dejó claro hace tres meses que no veía razón para recurrir a una solución tan extraordinaria como la de 1977, cuando el Gobierno se sentó con todas las fuerzas parlamentarias y agentes sociales para pactar unas medidas impopulares para hacer frente a la grave crisis. Desde que se pronunció al respecto, las previsiones económicas del Ejecutivo han ido a peor. Pedro Solbes admite -lo hizo casi a la vez que se aprobaban- que los Presupuestos para este año están desfasados, calcula que la tasa de paro llegará al 16% (la UE eleva la cifra al 19%), el déficit se acercará al 6% y la necesidad de financiación exterior rondará el 7%. Pero el fondo del asunto, a su juicio, no ha cambiado.

«Estamos ante una situación dura -dice un portavoz de La Moncloa- pero no de emergencia nacional». Los socialistas insisten en que a finales de los setenta la democracia era aún débil y el diálogo social apenas existía. Por eso la concertación fue necesaria. Pero, a juicio del número dos de los socialistas, ahora no es preciso buscar «fórmulas nuevas» porque las dinámicas funcionan: el diálogo con empresarios y sindicatos fluye, aunque haya que «profundizar» en él. En Moncloa añaden que hay que dar tiempo a las medidas del Gobierno. Con todo, reclaman del PP un talante más colaborador, «similar al que están teniendo los partidos de la oposición en otros países».

Diálogo sin palabras

Es pura retórica porque los estrategas socialistas hace tiempo que determinaron que es el momento de dar una batalla ideológica y defender la superioridad de la socialdemocracia, encarnada por el PSOE, frente al liberalismo del PP. Zapatero ha convocado a Rajoy a La Moncloa para hablar de economía una sola vez, en octubre, y según fuentes oficiales, no tiene intención de repetir. En su encuentro, el presidente ofreció al líder opositor una mesa de reformas estructurales que aún no se ha convocado. El Ejecutivo aduce que está pactando con los populares la composición y la agenda de las reuniones. El PP lo niega y asegura que no se les ha propuesto ni temario ni programa. «No hemos recibido ni una sola llamada», dice el secretario de Economía, Álvaro Nadal.

Pero tampoco el PP tiene interés en un pacto de Estado. Sostiene que hay que aplicar sus recetas de austeridad en el gasto y critican que el Ejecutivo haya impulsado iniciativas de dudosa eficacia que aumentan la deuda pública. El secretario general del grupo popular, José Luis Ayllón, atribuye a CiU un mero interés personal. «Tuvieron la oportunidad de apoyar nuestras propuestas y prefirieron el cambalache con el PSOE; ahora salen con esto porque se han dado cuenta de que el respaldo al Gobierno puede costarles caro», afirma.