RUINAS. Ciudadanos afganos cruzan por debajo de un puente destruido por los talibanes cerca de Peshawar. / AP
MUNDO

La ofensiva talibán se ceba con los civiles

El próximo cierre de la base aérea estadounidense en Kirguistán y los ataques en Pakistán amenazan el abastecimiento de las tropas internacionales

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Siete años después de la caída de los talibanes, el convulso Afganistán vive su momento más crítico por el recrudecimiento de la violencia y la ofensiva lanzada por la insurgencia. A pesar de los 70.000 soldados internacionales desplazados a este país, de los cuales 33.000 son estadounidenses, los talibanes ya controlan la mitad del territorio nacional gracias a sus bastiones en el sur y el oeste, sobre todo en Kandahar y en la porosa frontera con Pakistán, que se ha convertido en su santuario y su principal ruta para el tráfico de armas y heroína.

Debido a la debilidad de las fuerzas multinacionales comandadas por la OTAN, que se incrementarán en los próximos meses con los 30.000 militares norteamericanos prometidos por el presidente Obama, los cada vez más frecuentes choques armados y emboscadas se cebaron el año pasado con la población afgana. Según la ONU, las víctimas civiles aumentaron un 40% en 2008 y llegaron hasta los 2.100 muertos, de los cuales un tercio podría haber perecido bajo los bombardeos de la aviación americana y el resto asesinado por los talibanes.

Estas muertes inocentes bajo el denominado 'fuego amigo' son una de las claves del resurgimiento talibán y del fracaso de las tropas extranjeras, que se han ganado la enemistad de la población civil por sus constantes errores y sus desatinadas redadas en las casas afganas. En dichas operaciones, las mujeres resultan violentadas por los irrespetuosos registros de los soldados, lo que se considera una seria ofensa para la tradicional mentalidad islámica y, aún más, para la etnia pastún mayoritaria en el país.

Por ese motivo, el presidente afgano, Hamid Karzai, no dudó en criticar una vez más a la OTAN. «Nuestros demandas son claras y consisten en que cesen los registros y arrestros de afganos y las bajas civiles», exigió Karzai tras reunirse con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quien ayer realizó una visita sorpresa a un Kabul aún más blindado de lo habitual.

Elecciones

Con este viaje relámpago, el máximo responsable de Naciones Unidas quiso mostrar el apoyo de la comunidad internacional a Afganistán en un momento clave, debido a la creciente violencia y a las incertidumbres que plantean las elecciones presidenciales convocadas para el próximo 20 de agosto. Aunque Ban Ki-moon declaró que «Afganistán es una prioridad para este año», pocos creen que los comicios puedan celebrarse con una relativa normalidad por el peligroso avance de los talibanes y su control de grandes áreas del país. Para frenar dicha amenaza, el secretario general de la ONU instó de nuevo a las potencias occidentales a reunir una donación de unos 460 millones de euros.

Pero ese dinero será inútil si persisten los problemas de las fuerzas internacionales lideradas por EE UU, que podrían enfrentarse a un riesgo de desabastecimiento que debilitaría su ya de por sí delicada situación. Para empezar, Kirguistán cerrará próximamente la base aérea de Manas, desde donde se envían abundantes suministros a la de Bagram, en Afganistán.

Por otra parte, cada vez se están volviendo más peligrosas las comunicaciones por tierra a través del paso de Khyber, que conecta Afganistán con Pakistán y por donde transita el 75% del abastecimiento de las fuerzas estadounidenses. Ayer, esta ruta quedó cortada cuando una bomba puesta por los talibanes dañó uno de los puentes que sortean dicha garganta montañosa, que quedó inutilizado al hundirse parcialmente. Aunque las autoridades militares norteamericanas insisten en que disponen con suministros para tres meses, los ingenieros paquistaníes se afanaban por reabrir la ruta, donde por la noche fueron quemados otros diez camiones de transporte del Ejército. Tras derrotar en el pasado a ingleses y rusos, Afganistán juega otra vez a ser la 'tumba de los imperios', en este caso el estadounidense.