Los actores Clive Owen, Armin Mueller-Stahl y Ulrich Thomsen, acompañan al director de 'International: dinero en la sombra', de Tom Tykwer. /Ap
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Una banca salvaje que financia todos los males inaugura la Berlinale

El thriller 'International: dinero en la sombra', del alemán Tom Tykwerm, abre la muestra cinematográfica con la presencia del británico Clive Owen

BERLÍN Actualizado: Guardar
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La banca no sólo es corrupta, sino que además financia el terrorismo, los atentados, el tráfico de armas y todos los males de este mundo: así la presenta International: dinero en la sombra, el thriller que ja abierto la Berlinale y que trajo como primera gran presencia al actor británico Clive Owen.

"Es un filme hecho mucho antes de que nadie imaginara la crisis financiera que se nos vino encima y en el que la banca es ya la personificación del diablo, hasta un punto paranoico", ha explicado su director, el alemán Tom Tykwer.

"Mi tema no es la crisis, sino un sistema demoníaco sobre el que monto todo un modelo social", ha añadido el realizador, acompañado en Berlín por Owen, el agente Salinger en su film, así como por Armin Mueller-Stahl, un ex oficial de la Stasi metido a asesor de esa banca maligna.

"No me veo como un especialista en supervivencia a tiroteos dramáticos", dijo Owen, a pesar de que eso exactamente es lo que hace en sus 118 minutos del film. "Elijo mis papeles por el director que hay detrás, esta vez le tocó a Tykwer", ha remarcado, tras tomarse con grandes risas las repetidas comparaciones acerca de la similitud física entre ambos.

'The International' fuera de concurso

Fuera de concurso, The International brinda a Tykwer por segunda vez -tras Heaven, en 2002- el honor de abrir el festival, ahora con una superproducción que lleva al espectador por medio planeta, mientras Salinger y su compañera de armas -Naomi Watts- persiguen a los banqueros.

Desde la Hauptbahnhof -estación central- de un Berlín lluvioso, como mandan los cánones, a sedes banqueras de Luxemburgo, la película es un recorrido entre fríos edificios de acero y cristal, mientras a Owen se le van muriendo en los brazos, a borbotones, sucesivos colegas y hasta algún matón.

De Berlín a Lyon, luego a Nueva York, después a Milán, más tarde en un hermoso acantilado italiano, o en persecución vigorosa por los tejados de Estambul, Tykwer demuestra que lo suyo es filmar, aunque el guión resulte algo sobrepasado y hasta dé la impresión de que los únicos individuos dignos son la mafia auténtica, la de toda la vida.

La imagen de una banca superpoderosa, corrupta y vendedora de armas, sean para Israel, sean para Siria o para financiar golpes de Estado en África u organizaciones terroristas, no cuadra ya con el presente de las bancarrotas y hundimientos financieros.

A las puertas de la denuncia

En ocasiones parece que le falta algo del ritmo propio de un thriller, pero lo recupera en una trepidante escena en la que la blanca escalinata de Frank Lloyd Wright del Guggenheim de Nueva York queda como un colador, a balazos. Y finalmente cobra humanidad gracias a Mueller-Stahl, convertido en cómplice desengañado de esa gran banca que no respeta nada.

Owen, guapo y mucho más aseado en Berlín que en el filme, donde por mucho que cambie de escenario no pasa por la ducha, ha cedido el honor de los mejores aplausos a su colega alemán, quien tenía ganadas de antemano las simpatías de los presentes.

"La diferencia entre la vida y la ficción es que ésta última necesita tener sentido", dice en un momento el personaje de Mueller-Stahl. Tykwer trata de seguir esta consigna, en un thriller que se queda a las puertas de la denuncia, probablemente por sobredosis de material.

A Tykwer se le ha recibido con algún abucheo y pocos aplausos en el pase de prensa de la Berlinale, que desde luego no abrió entre los apretujones que se vivieron el año anterior con Shine a Light y los Rolling Stones como estrellas absolutas.

Mañana viernes se abrirá la sección a competición y el desfile de las 18 aspirantes a los Osos, con la danesa Lille Soldat, de Annette K. Olesen, y Ricky, del francés François Ozon, con Sergi López. Fuera de concurso llegarán asimismo dos de las presencias más esperadas en esta Berlinale, Kate Winslet y Ralph Fiennes, protagonistas de El lector, de Stephan Daldry.