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Hallan el cadáver de un joven de Chipiona desaparecido en el mar al volcar su barca
Un dispositivo de búsqueda de la Guardia Civil y Vigilancia Aduanera rastrearon la costa chipionera con varias patrullas y helicópteros Dos compañeros fueron rescatados con vida aunque con síntomas de hipotermia
Actualizado: GuardarLa lluvia y el tiempo desaconsejaban ayer salir a la mar, más aún sin la suficiente experiencia en navegación que permita saber, por ejemplo, que el frente marino de la playa de la Micaela, en Chipiona, está plagado de piedras que hacen que el mar rompa con furia sobre ellas. A pesar de eso, Miguel Ángel Jurado (conocido como El Tantán), Isaac Serrano y su hermano Ismael (conocidos como Los Comía), protagonistas trágicos de este accidente, decidieron embarcarse en su frágil chinchorro de poliéster y adentrarse en el mar en la mañana de ayer.
Un manotazo de agua volcó la barca y los tres desaparecieron bajo las olas. Sólo los dos hermanos -de 17 y 20 años- lograron sobrevivir, mientras que el cuerpo de Miguel Ángel -de 28 años- aparecía sin vida horas después en la playa de la Micaela, muy cerca de la casa de sus suegros, que de un tiempo a esta parte se habían hecho cargo de sus dos hijos.
La desaparición de la barca fue alertada rápidamente a la Guardia Civil, que durante toda la mañana puso en marcha un dispositivo de búsqueda y rescate junto a efectivos del Servicio de Vigilancia Aduanera: tres helicópteros, varias patrulleras y tres barcos de pesca del puerto chipionero peinaron este tramo de costa, cercano a la desembocadura del Guadalquivir.
Sin embargo, sólo los dos hermanos fueron hallados con vida, ya que al ser bastante corpulentos pudieron intentar nadar hasta la costa. En tierra, fueron trasladados de inmediato al hospital de la Vírgen del Camino, en Sanlúcar, con claros síntomas de hipotermia causados por el agua helada del mar.
Miguel Ángel, en cambio, no aparecía. Mientras, la playa y sus inmediaciones se llenaban de vecinos de Chipiona preocupados (también muchos curiosos), pero sobre todo los miembros de la extensa familia del desaparecido, que era uno de los más pequeños de nueve hermanos, y mellizo de uno de ellos. La familia estaba consternada, al igual que su mujer, con la que el fallecido tiene dos hijos, de 11 y 7 años.
Miguel Ángel era muy conocido por la zona, ya que además trabajaba «cuando podía» en el puerto deportivo de Chipiona, «echando una mano» a descargar la mercancía a los pescadores profesionales. «Él no solía pescar de forma profesional, no era un experto, porque si no, no se mete allí», explicaba ayer un marinero amigo del joven, que participó también en las labores de la búsqueda. Aún así, sus familiares explicaban ayer que el motivo por el que los tres jóvenes se internaron en el mar, contra todo consejo, fue «recoger unas redes de reguela» que habían dejado en el mar «con las que pescaban, y se ganaban algo», aseguraba un cuñado del fallecido. «Era un buscavidas, que trabajaba en lo que encontraba», añadía ayer la mayoría de sus conocidos, que no podían evitar recordar los malos tiempos por los que pasó el joven chipionero: «Tuvo problemas con las drogas, aunque ya estaba recuperado», explicaban dos chicas vecinas del barrio.
Alrededor de las 15.00 horas, después de una mañana de búsqueda sin éxito, el mismo mar que se lo tragó devolvía a la playa el cuerpo sin vida del joven.