Curas de desintoxicación
Actualizado:Amable lector, amable lectora, puede que usted practique también ocasionales curas de desintoxicación informativa. Si no es así, se lo recomiendo: hágalas. De vez en cuando, y por un tiempo, deje de leer periódicos, de ver telediarios, de escuchar la radio, de conectarse a Internet , e incluso aparque la lectura de esa novela reciente que tiene entre manos. Para serle sincero, yo llego a más y, en esos periodos de convalecencia, incluso pago la compra sin mirar siquiera la información del tique de caja. Hasta rehúyo encontrarme con amigos y conocidos, no sea cosa que alguno, en el transcurso de la conversación, deslice algún tema o comentario de actualidad que rompa ese transitorio autismo buscado con intención terapéutica.
Indefectiblemente, el resultado suele ser una sensación de alivio, de frescura y de claridad. De inmediato -se lo aseguro- los efectos benéficos del aire limpio se dejan sentir en forma de una mayor conciencia de estar en el mundo. En esos momentos se llega a percibir con inmediatez casi orgánica que la mayor parte de lo que recibimos bajo el nombre de información es propaganda pura y dura, publicidad encubierta y sin cubrir, anabolizantes para mentes maltratadas por el marketing de la seducción y el engaño, a las que sólo está permitido el paréntesis del Kit-Kat. Hay un tópico que hace estragos. Dicen que hay que aprender y aprender y aprender a lo largo de toda la vida. En definitiva, un programa pensado para reconversiones laborales, que pretende operarios más que personas. Malo, malo si alguna vez no ha sentido usted de manera perentoria, amable lector, amable lectora, la necesidad vital de desaprender lo aprendido. ¿Cuántas veces la experiencia acumulada nos ha llevado al error! ¿Cuántas los currículos y saberes interiorizados nos han secado la espontaneidad! Prescindir ocasionalmente de todo eso constituye una valiente apuesta por el mayor acto de creatividad y clarividencia: el de contrastarse con uno mismo.
No obstante, le prevengo: tras una cura de desintoxicación conviene prepararse bien para el reencuentro con la realidad. De hacerlo ahora mismo, de manera abrupta y sin precauciones, se daría usted de bruces con una actualidad incomprensible. Vea si no estos ejemplos: De la noche a la mañana, los grandes emprendedores (bancos incluidos) renuncian a su principal seña de identidad: el riesgo. Que ahora los salve el estado, pero que, en lo sucesivo, sus rentas se equiparen a las del trabajo. Dicen que la casi totalidad de los conductores suspenderían hoy un nuevo examen teórico. ¿Fracaso de las autoescuelas? Que las universidades asuman las enseñanzas para obtener el carné de conducir, en línea con las expectativas de Bolonia sobre el conocimiento y los saberes. Los amos del planeta, reunidos en Davos, se han quedado sin fórmulas para salir del atolladero en el que ellos mismos han metido al mundo. Que pidan asesoramiento a los altermundistas del Foro Social Mundial. Pero ¿estarán dispuestos los amos a ser personas decentes? Rajoy pide a los suyos «altura de miras». Se van a perder estas cosas que ocurren a ras de suelo.