Abel Gómez. / J. C. CORCHADO
Deportes

Abel pone el cerebro y 'El Toro' embiste manso

El centrocampista sevillano demuestra en el amistoso ante el Holstein su calidad y visión de juego Altidore disfrutó de pocos minutos y casi nada pudo hacer ante un equipo muy aguerrido en defensa

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Sin ser el mejor escenario para comprobar el estado en el que se encuentran los refuerzos azulinos del mercado invernal, lo cierto es que el encuentro amistoso disputado ayer en las instalaciones de Costa Ballena (Rota) entre el Deportivo y el Holstein Kiel sirvió para comenzar a desvelar algunas cualidades tanto de Abel Gómez como de Jozy Altidore. En líneas generales, y tras presenciar el juego realizado ayer en la localidad costera, se podría decir que Abel es un jugador que ahora llaman jugón, pero que siempre han sido conocidos como peloteros. En cuanto al norteamericano, en su defensa habría que decir que tuvo que madrugar más que sus compañeros para posar con la elástica azulina y que tanto sus compañeros sobre el césped -seis canteranos- y la garra del cuadro alemán empañaron los primeros minutos del ariete.

Para comenzar, el sevillano tuvo más de una hora para demostrar su estado físico. El medio centro, que comenzó el encuentro más retrasado de lo que es habitual en él, jugó 74 minutos en los que demostró que es un Viqueira en potencia. Abel las pide todas, tanto en defensa como en ataque, y tocó en 41 ocasiones el esférico. Abel intentó estar en todas, aunque en muchas ocasiones le pudieron las ganas. Aún así, el margen de error del sevillano es mínimo, marrando sólo cuatro de los 27 balones que pasó a sus compañeros.

Además, el sevillano se emplea, y ,mucho, en defensa. Hasta cuatro esféricos recuperó el 25 azulino -ayer defendía el dorsal 27- durante los 74 minutos que estuvo en el terreno de juego. Sin lugar a dudas, el xerecista acapara buena parte de la medular, aunque el estado físico es mejorable. De hecho, los minutos, y el estado del césped, agotaron finalmente a un jugador que acabó perdiendo el balón en ocho ocasiones, pocas teniendo en cuenta que quería estar en todas las jugadas. Ya para acabar, el azulino también va a centrar las miradas de la afición. Tiene un guante en la diestra y se perfila para lanzar a balón parado, siempre que Viqueira y Momo le dejen.

Altidore, manso

Y es que, en este caso, El Toro no fue tan bravo como lo pintan. Jozy Altidore ha tenido una larga semana -pasó de estar medio convocado por Pellegrini para jugar en La Coruña a viajar a Jerez- y eso pasó factura en sus primeros minutos con la elástica azulina. Sin defender aún el 23, dorsal que lucirá en los próximos meses, el norteamericano sólo disputó 27 minutos durante el bolo de ayer ante los alemanes. El delantero saltó acompañando a Mario Bermejo en el ataque y mostró en parte sus cualidades. No remató a puerta, sí que es verdad, pero lo cierto es que cuando el de Nueva Jersey no encuentra su sitio por el centro se desmarca rápido por la banda.

Es veloz y fuerte, pero tal vez la zaga germana de ayer también lo era y Jozy no se lo esperaba. En los 27 minutos que jugó, Altidore apenas tocó en cinco ocasiones el balón. El choque ya estaba espeso y Esteban Vigo le dio entrada junto a un buen número de canteranos, los cuales pusieron muchas ganas y velocidad, pero pocos balones a The Bull.

Eso sí, el ex del Villarreal aportó en ataque, dando cuatro pases al interior del área rival, los cuales no fueron finalmente aprovechados por sus compañeros. Con muchas ganas, y a falta de comenzar a perfeccionar su idioma, la adaptación del norteamericano va a estar ligada a su aportación en los terrenos de juego, aunque desde luego el de ayer no era un buen día para darlo todo. Con un «estoy bien, bien, mascullando castellano, Altidore abandonó el campo, en solitario, dirección al hotel.

bfernandez@lavozdigital.es