EQUIPO. Jesús y Rosa Lobo llevan cada mañana el bar La Tapita en plaza de Abastos. / L. V.
Jerez

Zona de avituallamiento

El bar La Tapita es un pequeño lugar en la puerta de la plaza de Abastos donde se desayuna y se disfruta de un buen fino jerezano

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Jesús Lobo lleva diez años con el pequeño bar abierto. Es el establecimiento que se encuentra en la zona exterior de la plaza de Abastos, junto a los puestos de calentitos. En esa especie de cuña que hace el mostrador no se para cuando la mañana llega a su momento álgido. Las copas, algún café o la producción de bocadillos para reponer fuerzas. Su hermana, Rosa Lobo, también colabora con la causa de que el personal de la plaza esté bien alimentado.

Por tanto, y a pesar de las pocas dimensiones del lugar, del negocio hay que sacar hasta dos sueldos para que la batalla de cada mañana merezca la pena. Rosa nos informa explicando que «se llama La Tapita, pero le vamos a cambiar el nombre por El Rincón del Arte». No faltan al parecer clientes ingeniosos y gente con mucho salero.

Tampoco faltan los mozos del pescado, los clientes al mediodía tomándose su copita de Tío Pepe o alguien que ha pasado la noche tomando copas y necesita algo fuerte para comenzar un día un tanto resacoso. Dicen que los bocadillos del Lobo son lenitivos que levantan el ánimo a cualquiera.

Jesús añade que «estamos especializados en bocadillos porque lo del tema de la tapa ya no merece la pena. A la gente le gusta comer de verdad, así que aquí tenemos, para el personal del mercado, la zona de avituallamiento». Bocadillos de mollejas -rara avis-, de chorizo o de atún por citar algo de la extensa carta. En el bar de los hermanos Lobo casi se personalizan los bocadillos si es preciso. El pequeño bar no para durante toda la mañana. Cuando el reloj toca a la seis, se abre la persiana y se enchufa la cafetera para los más madrugadores. «Y a trabajar hasta las tres o las cuatro de la tarde», afirma Jesús Lobo.

Por bulerías

Y el cante cuando los mozos del pescado se sienten inspirados. «Hombre no es tengamos cante todos los días, pero alguna vez que otra se arranca alguien y se escucha alguna bulería», comentan los hermanos Lobo.

Si quieren un buen bocadillo de tortilla por la mañana temprano porque la noche ha sido demasiado ajetreada, si quieren un café o si por el contrario quieren saborear una buena copa de Jerez, La Tapita es una opción. Un rincón de avituallamiento para el personal de la plaza y un sitio donde también se respira ese Jerez puro y genuino.