
La nieve atrapa a cientos de conductores en las autovías del norte de Madrid
Dos tramos de la A-1 y la A-6, a la altura de Guadalix de la Sierra y Las Rozas, estuvieron cortados durante horas por el temporal Barajas operó con normalidad, pero con retrasos en algunos vuelos
Actualizado: GuardarMadrid repitió la misma historia este domingo. Una intensa nevada saltó las alarmas de sus ciudadanos, que todavía tienen fresco el recuerdo del 9 de enero y el colapso de la urbe. Esta vez, los copos de nieve se cebaron con la parte norte de la Comunidad de Madrid y provocaron el cierre de la carretera de La Coruña (A-6) y de Burgos (A-1). Cientos de vehículos se quedaron atrapados, a la espera de que algún quitanieves limpiara las carreteras y abriera pasos. A primera hora de la tarde quedaron expeditas ambas vías.
La nieve comenzó a caer en la sierra madrileña a primeras horas del día y a media mañana llegó a la capital con gran intensidad. En apenas unos minutos, cubrió las aceras, los parques y las carreteras de circunvalación. El Gobierno regional activó el nivel 1 del Plan de Inclemencias Invernales, el escalafón más bajo en la clasificación de riesgos. El Ejecutivo de Esperanza Aguirre tomó esta decisión debido a que era domingo, había el tráfico habitual en una jornada festiva y la incidencia en la ciudadanía iba a ser inferior a la del 9 de enero.
Sin embargo, ni los equipos de la Comunidad de Madrid ni del Ministerio de Fomento pudieron evitar que la A-6 quedara cortada al mediodía a la altura de la localidades de Las Rozas -kilómetros 23 y 25- y Galapagar -kilómetros 33 y 36-; también quedó interrumpido el tráfico en la A-1, en Guadalix de la Sierra (kilómetro 48).
Problemas en la sierra
Después de cuatro horas de lucha contra la nieve, y gracias también a que los copos se transformaron en lluvia, las quitanieves y los operarios de las carreteras pudieron liberar a los vehículos. No obstante, todavía persistían los problemas en las comunicaciones interurbanas de numerosos pueblos de la sierra madrileña, como Colmenar Viejo, El Escorial, Navacerrada, Miraflores de la Sierra o Colmenar del Arroyo.
El aeropuerto de Barajas estuvo a pleno funcionamiento y los accesos no registraron ningún problema, aunque a media tarde algunos vuelos registraban retrasos de hasta tres horas. Los responsables del aeropuerto activaron el plan de contingencia invernal, que se tradujo en una flota de cuatro camiones quitanieves, con doble distribuidor de urea, un producto químico que se echa en las pistas de los aeropuertos para evitar las heladas. Asimismo, Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena), para evitar el caos de hace casi un mes, avisó en su página de Internet de la posibilidad de que se produjeran retrasos en los vuelos por el mal tiempo en gran parte de España. La advertencia se cumplió: algunos aviones partieron del aeródromo madrileño con las citadas tres horas de demora.
Por otra parte, la Dirección General de Tráfico (DGT) señaló que diez puertos de la red principal se mantenían cerrados y era necesario el uso de cadenas en otros 24 de la red secundaria. Después de esta segunda nevada y la reacción de las administraciones, el Real Automóvil Club de España (RACE) solicitó que algún responsable político asuma sus culpas. «No es normal que no se hayan tomado las medidas necesarias para que las vías principales no vuelvan a ser bloqueadas», explicó el director general, Ignacio Díaz-Pinés.
Fútbol y tele
Recordó que el 9 de enero ya se vio las consecuencias de la falta de previsión y que no se han tomado las medidas oportunas. «Es inadmisible que la A-1 y la A-6 estén así. Ya está bien que los conductores tengamos que sufrir la incompetencia de algunos políticos», indicó el responsable de la organización automovilística.
Entre los muchos afectados por la nieve, se encontraron siete autobuses de hinchas del Real Valladolid y la cadena de televisión Cuatro. Los primeros, se quedaron atrapados en Villalba cuando viajaban a la capital para ver el partido de su equipo contra el Atlético de Madrid. Después de esperar un par de horas a que alguien viniera a sacarlos de ese embrollo, 285 aficionados decidieron marcharse y continuar el viaje en trenes de cercanías, mientras otros 85 seguidores tomaron la decisión de regresar a la capital castellana en dos autocares. El club colchonero tuvo un detalle con estos aficionados: les devolverá el importe de la entrada.
Cuatro sufrió las inclemencias meteorológicas mientras retransmitía los primeros compases de la final del Open de Australia entre Roger Federer y Rafael Nadal. La fuerte nevada cubrió las antenas parabólicas de su sede de Tres Cantos e impidió que la señal llegara nítida. Poco a poco, se perdía la imagen hasta que los responsables de la cadena contactaron con Eurosport para pinchar su emisión. Después de tres horas de usar esa señal, Cuatro recuperó su retransmisión y pudo dar el triunfo del tenista manacorense.