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AL BAILE. Brian 'Currito' Sarmiento revolucionó el partido saliendo desde el banquillo y acabó por bulerías. / JUAN CARLOS CORCHADO
Deportes

Currito, por bulerías

Sarmiento provocó un penalti y marcó la sentencia en un duelo atascado El mal estado del terreno impidió que el Xerez pudiera hacer su juego

SALVA GALVÁN
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Nació en Rosario, Santa Fe (Argentina) y creció entre tangos y goles de la albiceleste, pero si no abriera la boca podría pasar perfectamente por un gitanillo de Santiago. Su nombre es Brian Óscar Sarmiento, pero ya todos le conocen por Currito, pues él se siente jerezano, se siente azulino y ya no sólo le gusta la carne argentina. Ahora también le encanta Chapín, le gusta Jerez y disfruta con las bulerías. Ayer -otra vez- le tocó empezar el partido desde el banquillo, pero una vez más saltó al terreno de juego para revolucionar el partido.

El Xerez se encontraba atascado. No encontraba el camino, no tenía acierto de cara a puerta y se ahogaba en el barrizal en que se convirtió Chapín. El muro ideado por José Carlos Granero soportaba a la perfección el martilleo azulino y ni tan siquiera aglutinando jugadores en el área del Alicante, el Deportivo era capaz de perforar la portería que defendía Unanua.

Pero Esteban tiró de Sarmiento, y Brian cumplió otra vez con las expectativas. El joven jugador argentino revolucionó el encuentro, provocó un penalti, marcó la sentencia y acabó arrancándose por bulerías al son de las palmas de Chapín. Brian Currito de Jerez.

Complicado

La actuación de Sarmiento ayudó mucho al Xerez a llevarse los tres puntos y salvar un partido que no fue nada fácil. Durante toda la semana se había comentado la trampa que podía suponer el recibir a un Alicante que se encuentra en la zona baja y que aterrizaba en Jerez tras el triunfo azulino ante el Celta -nunca antes había ganado en Chapín dos partidos consecutivos-. La dificultad se incrementaba tras una noche y una mañana de incesante lluvia que inundaba un terreno de juego que ya de por sí estaba en malas condiciones. Es cierto que la climatología dio un respiro justo en las dos horas de partido, pero todo el agua que había caído convirtió a Chapín en algo más parecido a una pista de patinaje que en un campo de fútbol profesional. Lo malo, o lo bueno, es que las condiciones del rectángulo afectaban a ambos equipos por igual. De hecho, los de Esteban estuvieron a punto de aprovechar un resbalón de Germán dentro del área para abrir el marcador. Antoñito recibió el regalo, pero su disparo salió por la línea de fondo tras pegar en un defensa.

En el planteamiento del Alicante imperaba el orden y la paciencia y dejaba un pequeño espacio para la velocidad de Peragón y el poderío de Azkoitia. Entre los dos fabricaron la primera jugada de peligro alicantina. El pequeño delantero remató de cabeza un balón que sacó de la misma línea de gol Martí Crespí. Ahí comenzó y termino el bagaje ofensivo de los visitantes durante la primera parte. Los azulinos, en cambio, contaron con un gran disparo de Carlos Calvo despejado por Unanua a córner y un tanto de Antoñito que no tuvo validez al marcar el colegiado fuera de juego del sevillano.

Tras la reanudación, la ofensiva azulina fue mayor y durante muchos minutos impidió que el Alicante saliera de su propio campo. La línea defensiva azulina quedaba casi igualada con la cal que marcaba la mitad del terreno de juego, pero la propia nube de futbolistas que se conformaba en los últimos tres cuartos de campo dificultaba la fluidez del juego xerecista.

El escenario incluso favoreció por momentos el juego de un Alicante que trataba de aprovechar los espacios que quedaban a la espalda de la zaga para salir a la contra. De hecho, una vez pasado el primer cuarto de hora de la segunda parte, Alan e Ismael tuvieron oportunidades para adelantar a su equipo. El medio centro sorprendió con un tremendo zapatazo que Chema tuvo que sacar a mano cambiada, mientras que el ex azulino tuvo hasta dos ocasiones tras salir trastabillado dentro del área.

Quizás fueran esas ocasiones de peligro las que hicieran actuar a un Esteban Vigo que segundos después, introdujo a Brian en el terreno de juego. El argentino ocupó el hueco que dejaba un Antoñito que no ha tenido un gran inicio de año, y rápidamente dejaba una jugada marca de la casa: pared con Viqueira en el centro del campo y a correr. Sarmiento tiró de velocidad y sacó potencia de su escaso 1,70. A Currito le daban, pero se levantaba aún más rápido para continuar la jugada. Le volvían a dar... y se volvía a levantar. Es más, hasta tres tarascazos le tuvieron que lanzar para que el colegiado marcara penalti cuando Sarmiento cayó derrumbado dentro del área.

Momo no perdió la oportunidad para incrementar su cuenta goleadora -con 10 tantos ya está a sólo uno de Antoñito- y puso por delante a un Xerez que le costó muchísimo abrir el marcador de Chapín. Fue entonces, y sólo cuando el Deportivo se había colocado por delante, cuando el Alicante se estiró y salió descaradamente a por el partido. Pero la situación se revertía y los de Granero sufrían ahora de su propia medicina, pues el Xerez contaba con claras ocasiones a la contra. Mario Bermejo y Carlos Calvo las tuvieron francas, pero tuvo que ser Sarmiento el que finiquitara un contragolpe que habían fabricado el delantero cántabro y el interior diestro madrileño. El argentino sentenciaba el duelo con un baile por bulerías con el que el Xerez encara la recta final hacia los cincuenta puntos. Y es que a pesar de la tremenda competencia que puede haber en estos momentos en la delantera azulina, Sarmiento ha demostrado que no sólo apunta maneras, sino que se trata de un gran jugador cuando todavía no ha cumplido los 19 años.

sgalvan@lavozdigital.es